lunes, 11 de septiembre de 2017

N° 334 - "LA VICTORIA DE LOS BOBOS"

LA NO INSCRIPCIÓN DE RAFAEL VASQUEZ:




Acabo de leer a alguno de los "destacados militantes" del "Diez Cansequismo, Vitochismo, Pensamiento Barnechea". Uno de esos señores que siguen al "Príncipe" hasta el urinario porque si le liga a Barnechea el 2021, los cánones de la política dicen que hay que asegurarse desde ahora. Lo que leí fue que "retorna la institucionalidad, el respeto a las normas, la vigencia del estatuto, que vuelve la confianza en AP" y sinceramente no pude dejar de sonreír. Y lo hice porque la confirmación de la resolución que deniega la inscripción de Vasquez -que es un personaje cuya elección refleja la crisis de ACCIÓN POPULAR- no significa nada de lo que estos caballeros dicen.

Y no lo es porque la resolución del JNE tiene una serie de inconsistencias jurídicas, porque puede ser impugnada ante el Poder Judicial si de lo que se trata es de buscar la verdad y la razón jurídica. Porque elección del 02 de Julio es ilegal, arbitraria y nula de pleno derecho, no porque la ONP no la haya supervisado -eso es opcional- sino porque se impulsa una elección sin los requisitos de ley, en medio de una puja por el poder donde en lugar de responder con el cerebro, se responde con el hígado. Porque se responde con inmadurez emocional, "golpe por golpe",  "caballazo con caballazo". Y lo jurídicamente correcto es que la  no inscripción de Vasquez es un hecho jurídico diferente a su elección. Que, la no inscripción en el ROP no significa que se anule su elección o que esta no tenga valor jurídico. Y el gran error de Guevara y los "Guevaristas" es no haber recurrido al Poder Judicial por tres razones: Por timoratos, por timoratos y por timoratos. Es no haberse sentado a negociar y a buscar una solución si finalmente ambas partes lo que buscan es el poder. Y para ello apelan a figuras retóricas como el "Pensamiento Belaunde" "La reserva moral del Perú" a sensiblerías con un montón de herederos de Belaunde, gentes que "se mueren de amor por él" y dicen seguir su ejemplo. Y  la mera verdad es que como pasa en la vida, "tanto amor"  termina convirtiendo en  odio cainita, una  supuesta "Ley de Hermandad" que marca la conducta política de quienes dicen ser "correligionarios".

Si el "Presidente del Partido" -que pomposo y excesivo resulta el cargo para tan pequeño personaje político- llama a elecciones, es de entender que ha impugnado la elección del 02 de Julio, pues no tendría sentido llamar a elecciones y reconocer la elección anterior. Si esto es así, la situación al interior del partido no tiene visos de solución, pues tanto la elección del 02 de Julio como la que se va a llevar a cabo aprobada por el Plenario del 16 de Septiembre; van a ser materia de procesos impugnativos ante el JNE.

Si uno revisa los foros del partido, lo que priman son palabras como "ganar" o "elección", lo que refleja el electoralismo imperante, la búsqueda de poder por el poder. En el discurso político del acciopopulismo del Siglo XXI, nadie habla de servicio al país, de buen gobierno,  de trabajar por los más pobres, de propuestas o programas y eso dice mucho de lo que verdaderamente interesa en los predios de Paseo Colón.

Que esta pelea por arrancharse el partido va a seguir, no hay la menor duda. Que las dos partes muestran soberbia y falta de criterio y de visión, es algo que es total y absolutamente cierto. Más allá de declaraciones triunfalistas y cojudamente retoricas, la  verdad es que la descomposición institucional es acelerada y es imposible e iluso pensar que  se van a ganar elecciones en medio de una crisis terminal. Aquí los únicos ganadores van a ser los que están en lo alto de la pirámide; los que tienen las relaciones, el dinero y la influencia para manejarse en los círculos del poder político y económico como caciques políticos o empresarios "emprendedores". 

Los "dueños del partido" saben que en realidad ellos simplemente usufructúan  una franquicia y que si la "casa quiebra" ellos  van a ser bien recibidos en otras franquicias. El negocio político esta finalmente bien extendido en el Perú.

  

viernes, 30 de junio de 2017

N° 333 - JULIO 02 DEL 2017

ACCIÓN POPULAR EN SU HORA FINAL:




Debo confesar que escribir estas líneas me cuesta. Un sentimiento de frustración y de pena recorre mi espíritu. Y creo que no tengo porque esconderlo. Soy un hombre que entiende la vida con pasión. Soy católico, apostólico, hincha del glorioso Sport Boys del Callao y desde niño me cautivo la figura de Belaunde. Me inscribí en ACCIÓN POPULAR en 1979 y cuando Don Guido Chirinos Lizares, que fue Director de "Ultima Hora" y diputado en el segundo gobierno de FBT; me permitió tener una columna en "CRITICA 80" un diario coyuntural a la campaña de  ese año; que tenía como Editor a Don Bernardo Ortiz de Zevallos; un periodista de solera del desaparecido "Diario de Baquijano"; cuando eso pasó, yo no dude desde esa trinchera, en apoyar la campaña que llevaría a Belaunde por segunda vez a Palacio de Gobierno. 

A pesar de ser militante y de un breve paso por el SINACOSO y EL PERUANO, antes de irme a México; nunca hice vida partidaria ni visite Paseo Colón, por las mismas razones que hoy critico desde adentro -y ganándome enemigos gratuitos- el quehacer y las formas de hacer vida político-partidaria. Y eso que eran otros tiempos y otros los actores políticos. 

Y digo lo anterior,  porque hoy quieren convertir a "Edmundito" Del Águila en un Javier Alva -es el mismo traje que se quiso poder Mesías Guevara-  y las caricaturas de los líderes de antaño abundan en  estos tiempos por los pasillos de Paseo Colón y por las raleadas bases de un partido, que cree que las glorias pasadas o una representación en el Congreso -que solo se representa a si misma- lo hacen importante, en medio del descrédito de la clase política, de la ausencia de partidos políticos de a verdad y de una crisis que va a llevar inexorablemente al partido a su desaparición.

El problema de ACCIÓN POPULAR no es necesariamente su falta de institucionalidad, la crisis es el resultado de un partido conservador, basado en un sesgo aristocrático, con una ideología que se parece a las auto partes de un carro chino; con marcadas diferencias de diverso tipo, entre su cúpula dirigencial y su militancia. El problema de ACCIÓN POPULAR es que es un partido que no ha sido capaz de repensar no solo sus postulados ideológicos y su estructura organizativa, sino  de no adecuarlos a la hora presente. Un partido sin cuadros ni soporte técnico ni una élite intelectual como la que había cuando Belaunde estaba vivo. Al final es el signo de los tiempos. El tiempo  de la mediocridad de la política y de los políticos.

Y en la crisis desatada hoy la responsabilidad está comenzando por Belaunde. Es necesario ser claros en reconocer que éste  se quedo en la retorica pero no tuvo voluntad política real de desarrollar un programa estratégico, de cara al futuro para formar y capacitar cuadros de manera sostenida. Para enviarlos a estudiar afuera. Para integrar a los jóvenes al contacto con las grandes corrientes ideológicas del mundo. Fuera del poder todo fue verticalidad y reverencia a los fundadores. Por eso es que la generación de los cincuentones es una generación castrada política y conceptualmente, que se quedo respetando excesivamente a la generación de fundadores que debía reemplazar; sin romper la dinámica del partido, repitiendo simplemente el estribillo "Juventud he allí el grito de batalla" pero sin dar la batalla. Por eso es que se dan decisiones como la de -en medio de la crisis- buscar ancianos notables para que solucionen problemas que finalmente estos señores terminan ahondando siendo serviles al poder de turno. 

Un partido con esas características, agudiza el sesgo autoritario de la política; lo que hace que el servilismo, el clientelismo, el oportunismo y la mediocridad  se desboquen hacia un "caudillismo" con caudillos  de cartón. Y allí están como muestra Kesell, Guevara, Vásquez y Edmundito Del Águila, un afortunado limitado político que gracias a su padre y a lo que el apellido representa dentro de la "aristocracia" acciopopulista, ha tenido la oportunidad y el camino sembrado para llegar al Congrezoo; para tener su cuarto de hora y ser la marioneta de turno de los verdaderos dueños del partido. De los que por jus saguini, por dinero y por presencia política, son los que manejan la franquicia de éste negocio que hoy se llama ACCIÓN POPULAR y que en un joint venture con Barnechea pretenden llegar al poder u obtener la tajada que más se pueda de él, en un país con matices de republiqueta.  

En un partido donde los "liderazgos"  superviven y rotan y donde al igual que en la sociedad, tampoco hay memoria histórica, porque en el caso de los partidos políticos, el clientelismo, la ambición de poder y las excrecencias de la política criolla, todo borran hasta la llegada de un "nuevo-viejo líder" o una nueva elección. Muchos de los que antes aplaudían a Guevara hoy están con lo que representa Del Águila, que arropado por el cargo que ostenta, por su poder de turno y por el dinero de sus titiriteros, hace lo que le critico a Guevara, esto es ser dirigente siendo congresista e impulsar sin rubor ni vergüenza, una elección fraudulenta de la que va a salir "ganador" sin importar que sea el partido el que pierda.

El asunto de fondo es que el mundano sabor de la victoria que obtendrá sin duda Del Águila y su gente no da legitimidad. Que la mediocridad y la medianía se terminan desnudando. Que esta especie de Nicolas Maduro acciopopulista, no va a representar ninguna renovación ni cambio y que solo va a ser leal a los patrones que lo encumbraron y a sus propias ambiciones. Y como todo da vuelta en la política, sus ayayeros de hoy van a terminar siendo mañana sus críticos o sus verdugos.

De la elección del domingo solo va a salir un partido botín. Un partido más dividido y fraccionado que el día anterior, con un Del Águila al que los laureles de la victoria se le van a marchitar rápido. Tan rápido como las ambiciones, la mediocridad y la soberbia de él y de sus patrones se muestre. Tan rápido como los apetitos de poder de sus serviles e incondicionales se desboquen, porque no pueden esperar más tiempo para disfrutar del botín. Tan rápido como el autoritarismo, la arbitrariedad y el abuso del poder se expresen por el mundano sabor de la victoria. El tiempo es finalmente el mejor amigo de la verdad. Y en política con respecto al poder ya todo esta escrito.  

(*) Tras la publicación de este artículo veo que con histrionico cinismo, Alfredo Barnechea -socio empresarial de Garcia Belaunde, de Diez Canseco y de los el Águila en éste "negocio político" por el que solo buscan llegar al poder o tener la mejor tajada de él, en un país donde cualquiera puede ser Presidente- habla con histrionico cinismo de unas elecciones groseramente ilegales y fraudulentas, sin participación de la ONPE ni del JNE, impulsada por el control político de la facción que él integra, con  un ente electoral "presidido" por un anciano de más de noventa años, como el médico URIEL GARCIA CACERES, manipulado, digitado  y que ni siquiera sesiona.

martes, 23 de mayo de 2017

N° 332 - LA HORA PRESENTE

ELECCIONES JA, JA......



Lo que esta pasando en la hora presente en los predios de Paseo Colón es realmente surrealista. La figura  de Fernando Belaunde es jalonada desde extremos opuestos que reivindican su legado, en medio de una pugna que no busca otra cosa que el poder por el poder; la imposición de una facción sobre otra para posicionarse de cara a las elecciones del 2018 y 2021, como una plataforma electoral que represente cuotas de poder, dinero y vigencia política de personas o mejor dicho de individualidades con perfil propio, sobre la imagen mellada de un partido -que vive inexorablemente  la recta final de su existencia- en medio de una crisis de representación de la democracia  y de los partidos; en un país agobiado por la falta de institucionalidad y la corrupción.

ACCIÓN POPULAR tiene una grave crisis de identidad y de liderazgo. Las banderas reformistas de los cincuenta, que no han sido capaces de reinventarse ni actualizarse ideologicamente, en un mundo que ha cambiado; se han trocado por el populismo socialdemócrata de un "Estado de Bienestar" que no es otra cosa, que el fracasado alanismo de 1985 a 1990, que pretende en un país sin institucionalidad, con un alto grado de corrupción y sin cuadros técnicos, un protagonismo, que se sustenta en la demagogia de que "se puede hacer en cinco años lo que se puede hacer en veinte" sin decir como se va a hacer. Algo que en un país ignorante, sin cultura política y sin ciudadanía vende, pero no como para llegar al poder.

Y el gran problema para la identidad de un partido histórico, es que los intereses que prevalecen en la interna, confunden deliberadamente lo que representa un candidato a la Presidencia, con un líder; con un verdadero líder partidario y político y con lo que este representa. Alfredo Barnechea es  colocado en los altares del acciopopulismo, siendo indudablemente un hombre culto, inteligente, con cintura política y capacidad, pero va a pasar por el partido, porque no es un individuo de probada identificación partidaria, porque tiene sus demonios internos y sus pasivos; porque ACCIÓN POPULAR como partido  no le interesa realmente, más allá de ser solo una plataforma electoral para probar suerte en la ruleta electoral. Barnechea es hoy parte de una coyuntura y una realidad, en la que prima el pragmatismo, el mercantilismo, el interés propio, el electoralismo demagógico, la mediocridad, la ignorancia y el servilismo.

Aliado con un sector de los caciques partidarios -que buscan lo mismo que Barnechea- el discurso de los serviles operadores políticos pagados con sueldos del Congreso de la República, ha calado en recién llegados que ignoran o que no conocen, ni su historia ni su pasado. Hablan de renovación juvenil sin presentar propuestas, alentando la división y el fraccionamiento, en función de las más depuradas técnicas de manipulación política. En el otro extremo, no hay capacidad de reinventarse, de reconocer errores, de estar a la altura del cargo de Presidente del partido en medio de la soledad que representa no tener a su alrededor gente capaz, operadores políticos o asesores competentes. Y en medio de esa anarquía, en la que no hay voluntad política de buscar consensos o acuerdos mínimos, no hay tampoco conexión entre el partido y una bancada que se representa a si misma.

En éste escenario, el componente provinciano, le ha dado la espalda a la crisis para ser portapliegos de los congresistas limeños, no solo en los temas internos, sino en ser los operadores ocasionales del fujimorismo, como antes lo fue la misma bancada del nacionalismo, por "repartija", por conveniencia política personal y en temas específicos. Al final en el "gran teatro de la política" la "independencia" termina siendo una ficción o una charada.

En un partido que "hace agua" por diversas partes, donde hay una institucionalidad quebrada, con un Comité Nacional Electoral destituido, que irónicamente emite comunicados y resoluciones, se habla con ingenuidad de candidaturas y de elecciones, porque la política es en Paseo Colon, un juego de palabras y de bravatas, bajo el presupuesto  de que en medio de cada enfrentamiento todo siga igual. Al final mientras las cosas sigan así, los dueños del partido, los caciques partidarios seguirán reinando.......Y los ingenuos y los oportunistas seguirán jugando a la política o medrando. Cést la Vie.