jueves, 13 de febrero de 2020

N° 345 - EL OTRO DR. GARCÍA

"VITOCHO" EN EL TINTERO:




Don Víctor Andrés García Belaunde, esta en el "ojo de la tormenta". Político polémico, tiene en los extramuros de Paseo Colón y en la interna de partidaria, sus seguidores, sus fans enamoradas y también sus detractores, sus críticos y sus férreos opositores; los que lo tildan de "fujimontesinista", de oportunista, de comodín, de no representar los ideales de lo que fue el partido de Belaunde. En realidad si hablamos de los diz que "líderes" de AP, no hay nadie que represente ya los ideales de Belaunde. Se usa la imagen, la honestidad y el prestigio de FBT para vender una imagen de lo que no se es y lo anterior, en medio de una pugna interna por construir una institucionalidad que es difícil de lograr, por una cúpula dirigencial a la que solo le interesan sus ambiciones personales, el poder por el poder y no la construcción de un partido moderno, con visión de futuro. Y esto es así, porque los caciques partidarios, los que tienen presencia política y los que se creen por derecho de sangre dueños del partido, usan su dinero y sus relaciones de posicionamiento político-social para imponer sus visiones e intereses, en un partido que no forma ni tiene una visión clara de país; y en medio de un escenario donde lo que prima es la mediocridad, la obsecuencia, el servilismo, el oportunismo, el interés personal y la falta de  cuadros. El imperio del beneficio personal y no de la vocación de servicio.


Ahora bien, el liderazgo en la política  implica una suerte de protagonismo colectivo, es decir el líder no es solamente aquella persona que por sus calidades personales, intelectuales o su trayectoria partidaria se distingue de los demás. El líder de cara a la sociedad, representa a ese colectivo,  y por tanto requiere de empatía, de escuchar la posición institucional o el sentir de las bases. Prudencia, criterio, moderación  para pronunciarse políticamente, en la óptica que sus declaraciones pueden terminar comprometiendo o perjudicando a su agrupación, por más que se diga que fueron hechas a "título personal".

En ACCIÓN POPULAR, tras la muerte de Belaunde, la atención de los medios de comunicación y el "liderazgo", se concentro en personas ligadas familiarmente al arquitecto.  Víctor Andres García Belaunde, es una de aquellas personalidades y aunque nadie puede discutir sus calidades personales, su experiencia política y su trayectoria partidaria, es indudable que la falta de liderazgos alternativos -generacionales o no- en el manejo, en el desarrollo de la imagen y de la representación partidaria, han significado un alto precio. Salvo Mesías Guevara, no hay otro militante que haya ganado protagonismo y peso politico propio de proyección nacional. Edmundito Del Águila Herrera,  a despecho de su grisura, le debe su "cuarto de hora"  a papá y al apoyo que le de RDC para usarlo como "pieza de descarte" en  su objetivo presidencial. Lescano es el populismo demagogico y efectista provinciano -en busca de una candidatura presidencial- sin visión alguna de país y sin interés alguno por la construcción de partido; un personaje idolatrado por quienes creen que la politica es solo enfilar lanzas contra el "fujiaprismo" o los demonios de la corrupción.

En el contexto anterior, reiterando que la falta de institucionalidad, el servilismo, el oportunismo y la mediocridad que rodea la política partidaria, han hecho que no abunden liderazgos intermedios sólidos; que no haya pensamiento crítico, contrapesos al poder o que germinen políticos de las mismas características de las que ofrece García;  en medio de estos supuestos "aires de renovación",  es necesario indicar que la generación intermedia, la Generación del 77, es más de lo mismo -el discurso demagogico, el punto común, la generalidad, el comerse sapos-  una generación que no tuvo la audacia de enfrentar el reto de reemplazar a la de los fundadores y que en ésta ultima elección ha quedado desplazada electoralmente, ha mostrado su poco peso en la interna partidaria.  

SI García es la imagen política más importante de ACCIÓN POPULAR porque para los medios de comunicación más allá de los que están en su cuarto de hora, no hay mucho para escoger como entrevistados, queda claro que la  sobre exposición en medios de comunicación; la marca que deja el poder en la naturaleza humana; el culto a la personalidad tan propio de los partidos políticos   y la falta de institucionalidad, han hecho que García se despache "por la libre" y sienta que "el partido es él y que no necesita dar cuenta de nada ni a nadie" al margen que parece que nadie se las pide por ser quien es;  y esto ha hecho que sea cuestionado y criticado por diversos sectores; que su conducta política deje mucho que desear; que sea visto como un político inescrupuloso y frívolo, más interesado en mantener su posición en las esferas del poder y en el jet set de la política, con declaraciones y actitudes que identifican -como otros "grandes líderes" - una personalidad que ha hecho del partido su chacra.

En la política peruana, el culto y la cercanía al poder, el personalismo y el afán protagónico antes que la institucionalidad discurren por los caminos del interés personal, de la complacencia, de la genuflexión, del amiguismo, del espíritu de cuerpo y de la componenda. En la política criolla nuestros políticos subestiman la inteligencia ajena y creen que todo lo que maquillan verbalmente tiene coherencia y va a ser aceptado por el ciudadano común y corriente. Al final los liderazgos coyunturales -por más luces que los iluminen- que no construyen partido, ni institucionalidad, ni visión  de país, tienen indefectiblemente su ocaso. Este parecería ser el caso del Dr. García. Tiempo al tiempo.