A mi me resulta incomodo -pero lo asumo con responsabilidad, con humor y con hombría de bien- el quijotesco papel de "censor" o mejor dicho de crítico, de las cosas que pasan en un partido que tiene un pasado glorioso, un presente de caricatura y un futuro que va a llevar a la tumba..... no a Belaunde, sino a su legado político.
Y digo lo anterior, porque en un medio donde la política es entendida, como una hipócrita manera de "dialogar para generar consensos", que no es otra cosa que negociar intereses personales, mirando a otro lado o ignorando asuntos que tienen que ver con la institucionalidad, con los derechos fundamentales de los militantes y el interés del partido y del país; o en un medio donde la política es también vista , desde la perspectiva de una "reactivación partidaria" que no es otra cosa que el culto a la personalidad que alientan los oportunistas, los mercantilistas, los ignorantes, los ingenuos y los pendejeretes de la política, que priorizan las formas sobre el fondo, porque tienen una visión simplista de la política y del valor o el contenido de lo que debe ser un partido político. El enfrentar eso, es para mí "trabajar por el partido", adecentar la política, luchar por el legado de Belaunde y la institucionalización del partido. Pelear contra la crisis y la prevalencia de intereses personales, esgrimiendo quijotescamente valores y principios, en un país donde estos finalmente poco importan.
Fernando Belaunde Terry, tiene un lugar en la historia y ACCIÓN POPULAR, es el instrumento político que llevo a un personaje de las calidades de FBT, no solo dos veces a Palacio de Gobierno, sino a quedarse en el alma del pueblo. El problema es que la crisis que se padece, prueba que sus herederos no tuvieron el talento, ni el carisma, ni la capacidad, ni la visión para proyectar ese legado y darle vida propia más allá de quien fue el líder, el caudillo y el hombre, que es sin lugar a dudas una de las figuras políticas más importantes del pasado siglo.
Hoy el partido se debate en una grave e ignorada crisis y sus "lideres" con la complacencia de los ancianos fundadores, hablando de "la vigencia del pensamiento Belaunde", de "el Perú como Doctrina" o de que "somos la reserva moral del Perú" , llevan a cabo una soterrada lucha interna por imponer sus propios intereses; los mismos que los encuentran repartiendose las miserias de poder de la interna, de cara a un nuevo proceso electoral nacional. Y lo anterior, porque la "vigencia del pensamiento Belaunde" -o mejor dicho la inscripción del partido en el JNE- y el hecho de tener bancada parlamentaria, valen mucho hoy -electoralmente hablando- en los extramuros de Paseo Colón.
En este escenario, cabría preguntarnos a que juega el poderoso Raul Diez Canseco Terry, con su "reactivación partidaria" en provincias, acompañado de ese garabato dirigencial apellidado Kesell, si no habla de la evidente crisis partidaria y solo se ampara en la figura de Belaunde para decirle al ingenuo militante -rodeado pateros, oportunistas y mercantilistas- que cree que se puede "reactivar" un partido con retorica y sin enfrentar problemas de fondo. La ignorancia militante que conforma las raleadas "bases" de ACCIÓN POPULAR, piensa que la política es solo dinero y poder y en ese escenario en medio de la fanfarria que rodea al Señor Raul Diez Canseco, éste les dice "aquí estoy" y soy el verdadero "Mesías". El Mesías blanquito, el del billete, el de la familia, el de las relaciones con la clase dominante y los círculos de poder.
Hoy el partido se debate en una grave e ignorada crisis y sus "lideres" con la complacencia de los ancianos fundadores, hablando de "la vigencia del pensamiento Belaunde", de "el Perú como Doctrina" o de que "somos la reserva moral del Perú" , llevan a cabo una soterrada lucha interna por imponer sus propios intereses; los mismos que los encuentran repartiendose las miserias de poder de la interna, de cara a un nuevo proceso electoral nacional. Y lo anterior, porque la "vigencia del pensamiento Belaunde" -o mejor dicho la inscripción del partido en el JNE- y el hecho de tener bancada parlamentaria, valen mucho hoy -electoralmente hablando- en los extramuros de Paseo Colón.
En este escenario, cabría preguntarnos a que juega el poderoso Raul Diez Canseco Terry, con su "reactivación partidaria" en provincias, acompañado de ese garabato dirigencial apellidado Kesell, si no habla de la evidente crisis partidaria y solo se ampara en la figura de Belaunde para decirle al ingenuo militante -rodeado pateros, oportunistas y mercantilistas- que cree que se puede "reactivar" un partido con retorica y sin enfrentar problemas de fondo. La ignorancia militante que conforma las raleadas "bases" de ACCIÓN POPULAR, piensa que la política es solo dinero y poder y en ese escenario en medio de la fanfarria que rodea al Señor Raul Diez Canseco, éste les dice "aquí estoy" y soy el verdadero "Mesías". El Mesías blanquito, el del billete, el de la familia, el de las relaciones con la clase dominante y los círculos de poder.
En esa misma dirección cabe igualmente preguntarse, a que juega Luis Enrique Gálvez que pone su pechito para avalar una ilegal y arbitraria elección de un Comité Nacional Electoral donde él ha puesto a uno de sus miembros y el presidente del partido a los otros dos. Cuales son los términos de una alianza medio rara, porque Guevara mantiene a Kessell y apaña su irregular y doloso proceder, contrario a los intereses del partido y esto a pesar de que Kessell es aliado, intimo amigo y maestro de ceremonias de Raul Diez Canseco y adicionalmente a lo anterior, amanuense y chaperón de los Del Águila -que son adversarios irreconciliables de Guevara- demostrando que en cuestiones de servilismo político también se puede trabajar como freelance.
Los supuestos "enemigos irreconciliables", a los que no los distancian visiones de país, matices ideológicos o propuestas de construcción de partido, de este carro chino -con piezas de hace cincuenta años que nadie se interesa en modernizar- que es ACCIÓN POPULAR; sino su ambición por el poder. Se miden alrededor del poder interno, hacen su propio juego sin enfrentarse -por esa huevada de "la ley de hermandad"- que no es otra cosa que códigos internos para acuchillarse por la espalda sin que queden huellas. Y en ese escenario, candidatos que van a ser simples secretarios si son electos, como Rafael Vasquez y el "Indefensor del Afiliado" -al que Vitocho apoya cubriéndose los ojos y tapándose los oídos- se aprestan a asumir cargos directivos que prueben que la crisis del partido hace que ya no tengamos dirigentes sino dirigidos.
Estamos frente a un Raul Diez Canseco candidato a la Presidencia de la República para reivindicarse políticamente. Estamos frente a un Mesías Guevara que cede posiciones y asegura su posibilidad de reelección antes que ese partido "con olor de multitud como en los tiempos de Belaunde" que ofreció cuando fue candidato a la Presidencia de ACCIÓN POPULAR y que hoy es solo una propuesta demagogica. Tan demagogica y absurda como su afirmación de que la mafia de Orellana y de Alvarez esta enquistada en el partido y pretende "mellar su liderazgo". Una afirmación que prueba no solo el poco criterio político que tiene, sino que de lo único de lo que es consiente es que el cargo le sirve para acariciar su ego, para pavonearse, para satisfacer sus intereses personales, pero no para servir al partido.
En un colectivo político que es electoralismo puro, en el que lo que menos importa es el partido, pronto sabremos a que sabe este "emprendimiento político" que dicen que "reactiva el partido". Si el sistema realmente vota un "candidato propio" o apostaba desde el principio por la alianza. Si los Del Águila que están esperando su presa, la obtienen finalmente.
Belaunde y Paniagua van a estar en los próximos tiempos en labios de muchos. En los labios de estos Señores que se llaman herederos o discípulos de ambos. Personajes acciopopulistas de "hueso colorado", que saben que Belaunde y Paniagua están muertos: Que los muertos no hablan ni protestan. Y que se puede traficar con sus cadáveres.
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