AHORA ES LA HORA:
No es ninguna novedad hablar de la crisis institucional de ACCIÓN POPULAR, de la falta de un proyecto de partido y de una visión de país -tras la muerte de Belaunde y el declive de los fundadores que le dieron sus mejores glorias- no es ninguna novedad, hablar de la falta de liderazgos significativos o de la ausencia de cuadros que permitan ópticas sectoriales, en un país en crecimiento, que apuesta por el mercantilismo y hace de la inclusión una ilusión.
No hace falta explicar esta crisis, porque en los predios de Paseo Colón, nadie sabe tampoco explicar que somos, como pensamos o construimos, como institución, el presente o el futuro. Se recurre a la demagogia y a la retorica hueca de los poetas; se repite simplemente que somos un partido de centro; de ese "centro" donde se refugian la falta de ideas y donde se asientan un partidito que es mucha historia y poco futuro.
Los contados militantes que hacemos vida partidaria, vivimos esa crisis y no necesitamos que nos la cuenten. Lo que si es una novedad, es el que como nunca antes, el liderazgo que nace del poder, no solo se ha des legitimado rápidamente, sino que ha generado una crisis que afecta la ética y la moral institucional; el poco espíritu partidario existente y el respeto a la jerarquía de un mando; que desde el Presidente encargado del partido, pasando por el Secretario General Nacional y terminando por el Secretario General de Lima, es una vergüenza; no solo por su falta de capacidad, de inteligencia y de liderazgo, sino por inmoral, por abusivo y por corrupto.
Para que no se diga que apelamos a la frase efectista y sin contenido, basta preguntarse: Como puede calificarse el pretender sostener candidaturas cobrando dinero sin trasparentar la información. Y si esto ha sucedido en Lima, que puede pensarse de candidaturas en zonas de narcotráfico, donde hay candidatos "electos" que tienen procesos en trámite por lavado de activos entre otros palmares; en un contexto, en el que el mismísimo Presidente (e) del partido, impide, en razón del poder del cargo y de mentiras, que el investigador Jaime Antezana, de una conferencia sobre el tema, en un contexto en el que la preocupación nacional es ser celoso con las candidaturas, porque el clamor nacional, es la idoneidad de los candidatos, el evitar que el delito adhiera el poder que lleva a la impunidad.
En esa misma lógica, como puede llamarse, el que se digite y controle el Comité Nacional Electoral (CNE) y que se mantenga al monigote que esta como Presidente, tras ser desautorizado por el Plenario al pretender indisponer a sus pares. Como puede entenderse que el Registrador Nacional, le de las actas, su trabajo y su labor al Secretario General de Lima, hijo del Presidente del partido, que era uno de los candidatos a la nominación para la Alcaldía de Lima (que gano como "candidato único") para que al tener información privilegiada, al manipular el padrón, si había otro candidato, ganara de todas maneras.
En esa misma lógica, como puede llamarse, el que se digite y controle el Comité Nacional Electoral (CNE) y que se mantenga al monigote que esta como Presidente, tras ser desautorizado por el Plenario al pretender indisponer a sus pares. Como puede entenderse que el Registrador Nacional, le de las actas, su trabajo y su labor al Secretario General de Lima, hijo del Presidente del partido, que era uno de los candidatos a la nominación para la Alcaldía de Lima (que gano como "candidato único") para que al tener información privilegiada, al manipular el padrón, si había otro candidato, ganara de todas maneras.
Como puede llamarse, el que se elija una Secretaria Nacional de Juventudes, sin cumplir los requisitos y que se falsee y engañe al JNE para inscribirla. Como puede entenderse, que gente que no es bien vista, que no tiene capacidad ni conocimientos municipales ni profesión, aparezca como "candidato a alcalde o a regidor", por el solo hecho de ser cercano a los Del Águila. Como puede definirse que un venerable anciano, sin carácter ni vigor político, este supeditado en sus decisiones al Presidente de partido y que como no tiene iniciativa propia, es caricaturizado y vilipendiado, arrastrando el cargo de Secretario General Nacional al descrédito. Como puede entenderse que se apruebe en un Plenario Nacional, normas contrarias al texto expreso de la ley, que se prolongue el mandato del Presidente y Vice Presidente del partido; que se maltrate a la gente; que sin respetar el procedimiento, se cambien candidatos por voluntad única del Presidente (e) del partido, cuya mediocridad, capricho y falta de visión política, hace que no se rectifique y que pretenda sostener su proyecto, solo en el poder que le da el cargo.
Es indudable que esta dolorosa realidad no sería posible, sin la actitud pusilánime del militante de base; sin la activa participación de los oportunistas; sin el protagonismo de los que se acomodan siempre; sin el apoyo "desinteresado e institucional" de Luis Enrique Gálvez y sus "Gálvez Boys"; sin la indiferencia de los otros caciques partidarios que simplemente esperan su momento; sin la inacción de los viejos fundadores del partido y de una célula parlamentaria que ve las cosas y acciona , según su propio juego político.
Y sin ningún deseo de poder, sin la ambición del carguito partidario y los desequilibrios emocionales, que patéticos seudo dirigentes (sin verse en el espejo) imputan a otros buscando convertir en verdad sus mentiras o acallar las críticas convirtiendo su incapacidad en resultados. Sin animo fiscalizador ni voluntad de difamar o falsear hechos, queremos dejar constancia, que simplemente nos anima en esta empresa, la hombría de bien y la entereza de combatir una realidad, que afecta además del partido, a la democracia peruana, al país y al legado de Belaunde. Porque estamos quijotescamente convencidos, de que aunque perdamos la batalla, vale la pena luchar porque la política pueda y deba hacerse de manera diferente.
Y con esa declaración de parte, le preguntamos al militante lector, si un partido político es solo una elección. Si vamos a seguir en lo mismo. Si un partido político no tiene la obligación de luchar ahora -en ésta coyuntura, en este momento electoral, en medio de un proceso electoral- por cambiar, por adecentarse y rectificar el rumbo. Si es real que la imagen que tenemos y que nos hace ser institucional y electoralmente casi nada, nos obliga a esconder estas excrecencias debajo de la alfombra y seguir en lo mismo. Los conservadores, los anclados en las viejas formas de hacer política, los indiferentes, los timoratos y aquellos a los que, lo que verdaderamente importa, es su proyecto personal y no el futuro del partido, dirán que sí, que hay que cuidar la "imagen" del partido, aunque eso implique engañar al pueblo. Por eso es la hora de decir que NO. De dignificar lo que representa ACCIÓN POPULAR en la historia política del Perú, y lo que expresa ese legado ético y moral de Belaunde que decimos seguir y que esperamos que trascienda en el tiempo. Comencemos ahora a desamarrar las tropelías, los excesos y las corruptelas de los Del Aguila y de Kessell y Cïa. Ahora es la hora.