¿UNA VERDADERA FIESTA DEMOCRÁTICA?:
1° de Junio del 2014. Quienes hoy con la familia Del Aguila y su portapliegos Alan Kessell. Como sólida y disciplinada comparsa de los ayayeros, de los avivatos, de los oportunistas, de las geishas; y de los ingenuos, los timoratos y los ignorantes; que siempre abundan en la política criolla; invocan el nombre de Belaunde y su ejecutoria política para captar adhesiones y votos.
1° de Junio del 2014. Quienes hoy con la familia Del Aguila y su portapliegos Alan Kessell. Como sólida y disciplinada comparsa de los ayayeros, de los avivatos, de los oportunistas, de las geishas; y de los ingenuos, los timoratos y los ignorantes; que siempre abundan en la política criolla; invocan el nombre de Belaunde y su ejecutoria política para captar adhesiones y votos.
Quienes en nombre de un partido que no existe, sueltan al aire demagógicos discursos de utileria y despliegan al viento viejas banderas imaginarias que hace tiempo dejaron de defenderse. Quienes recurren a fotos, a textos históricos del líder, para motivar el trabajo en favor de los cuatro vivos que hoy usufructúan el desteñido membrete de ACCIÓN POPULAR. Quienes se gastan repitiendo que "somos la reserva moral del país" o "la inteligencia en acción" juegan a la política de las caretas y del embuste.
Quienes pretenden vender la idea que una elección como la de hoy día -en la que penosamente votan 24 o 30 personas en promedio en algunos distritos de Lima- es "una fiesta democrática"; no hacen otra cosa que subestimar la inteligencia ajena y sobrestimar la propia. De creer (engañandose a si mismos) que un país entero se va a comer el cuento, de gente sin brillo, sin carisma, sin esa capacidad para mentir o para el embuste, que es parte del "arte y el ensarte" de hacer política. Quienes hoy finalmente, viven su cuarto de hora de gloria y de poder, ignoran infantilmente la realidad. Una realidad que tarde o temprano van a tener que confrontar.
El silencio cómplice de los caciques partidarios; el de los viejos líderes, que creen que en la política -como en las mafias italianas- las familias no deben enfrentarse. La audacia de la mediocridad con poder; el oportunismo con pretensiones políticas de los avivatos; la solemnidad y la respetabilidad de los "institucionalistas" de sus propios intereses; conjuntamente con la corrupción que penetra una organización de fachada; esta hoy en Paseo Colón, pretendiendo engañar al elector con el cuento del "partido nacional". De que somos fieles seguidores de Belaunde y de Paniagua, mientras sin rubor el candidato único a la Alcaldía de Lima -que así hubiera otro candidato iba a ganar porque el "Registrador Nacional" le dio el manejo de los padrones y nadie dijo nada- lanza como propuesta eje de su campaña municipal a la Alcaldía de Lima, la estúpida propuesta del "pasaje gratuito para los mayores de 65 años" como si en la gran urbe en la que vivimos, no hubiera temas urbanos, de infraestructura o de seguridad más importantes.
Si un partido que dicen que es "vigoroso, nacional, proactivo, propositivo, con cuadros y liderazgos representativos y de proyección nacional" se puede presentar en el gran escenario nacional, con candidatos elegidos sin tamizar y con un puñado de votos. Con candidatos sin propuestas o con propuestas risibles y desenchufadas; y adicionalmente a lo anterior, hablar de triunfo sin ni siquiera figurar en las encuestas. Si un partido cuyos candidatos dicen representar a un estadista y un visionario como Belaunde, solo presentan paneles fotográficos de ellos mismos, como planes y programas de su futuro gobierno; como si la política fuera solo gesto y pose. Y lo peor de todo esto, es que se presentan con primeros regidores, para quienes la política es la grita y la verborrea sin contenido. Personajes flokloricos, ignorantones, que no tienen capacidad, liderazgo, talento ni conocimientos y cuyo único mérito es estar cerca del poder partidario de turno para lucrar.
Si estas fueran cartas de triunfo en una elección, éste país sería una república bananera y la política una novela de ficción. Felizmente esta no es una república bananera. Lo que sucede, en un país sin partidos políticos, es que hay piratas que se disfrazan de políticos respetables y de líderes de solera, para tomar por asalto los partidos y ponerlos al servicio de determinados intereses. Lo bueno para la democracia frente a estos filibusteros de la política, es que el instinto y la sabiduría popular están presentes; el que sus banderas y sus actos siempre los terminan delatando. Con ACCIÓN POPULAR en manos de ésta gente, no hay nada que celebrar éste 1° de Junio.
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