Acabo de escuchar el discurso de orden del Comandante Ernesto Mesias"Che" Guevara Amasifuen, por el 59° Aniversario de el Ultimátum de La Merced y para no variar el derrotero gobiernista de un congresista aggiornado por frases efectistas; la mera verdad es que la actividad que como todos los años significo una caminata desde la Iglesia de La Merced a Paseo Colón; prueba no solo la orfandad de respaldo popular de la que se sufre como partido, sino la falta de imaginación y creatividad en el quehacer político de sus líderes, pues hacer lo mismo todo el tiempo, resulta aburrido y políticamente poco efectista de cara a la opinión pública, por más que muevan a la masificada, anciana y poco pensante militancia.
Lo concreto y lo real es que a pesar de que "el Che" cajamarquino, ofreció un partido de masas y multitudes como en los tiempos de Fernando Belaunde. A pesar de que el Inti Peredo, el Negro Lobatón o el resto de sus guerrilleros pretendan defenderlo; su gestión es gris, no significa ni la más mínima posibilidad de salir de la crisis y mucho menos institucionalidad. En el contexto anterior si la celebración se rotula como "ULTIMATUM CONTRA LA CORRUPCIÓN Y LA IMPUNIDAD", -en un año pre electoral- lo menos que se puede uno imaginar. Lo menos que se puede pedir como estrategia política de posicionamiento, es que lo que traiga la pepa de la celebración, es de un pronunciamiento publico contra la hora presente. Que el Presidente Comandante, en un discurso memorable, va a zanjar posiciones contra el gobierno y la corrupción que vive el país. Que el partido va a pasar a una oposición por principios y valores. A una oposición programática, con una propuesta legislativa que se va a presentar ante el Congreso de la República. Pero la gesta se quedo en las calles, en la grita de militantes que vociferaban contra la corrupción del gobierno, mientras ignoran, no ven o no quieren ver la hediondez de los pasillos de Paseo Colón y la mediocridad y el oportunismo que manipula sus sentimientos o sus expectativas.
Quienes pensaron que Guevara, "heredero" político y por apellido -según él- de un icono de la revolución por la liberación latinoamericana, de los tiempos fundacionales de ACCIÓN POPULAR; iba a levantar las banderas de la lucha anti corrupción y buscar que algo de realismo tenga aquella hueca frase que se repite como sonsonete de que somos "la reserva moral del país" se equivocaron.
En un discurso soso, demagogico, efectista y pirotécnico como el que nos tiene acostumbrados; refugiándose en el saludo y el homenaje a los fundadores; Guevara volvió a los puntos comunes de fechas como estás, donde como el Sagrario se expone para veneración la figura de Belaunde, de Paniagua y toda esa fanfarria de lo que fue el partido; ignorando, que el mejor homenaje que se le puede dar a Belaunde es mostrar, diseñar y dibujar una vigencia de pensamiento y acción, que no sea retorica sino políticamente real. Construir o reconstruir un partido para que sea realmente un actor y un constructor del futuro del país como en sus mejores tiempos.
En un discurso soso, demagogico, efectista y pirotécnico como el que nos tiene acostumbrados; refugiándose en el saludo y el homenaje a los fundadores; Guevara volvió a los puntos comunes de fechas como estás, donde como el Sagrario se expone para veneración la figura de Belaunde, de Paniagua y toda esa fanfarria de lo que fue el partido; ignorando, que el mejor homenaje que se le puede dar a Belaunde es mostrar, diseñar y dibujar una vigencia de pensamiento y acción, que no sea retorica sino políticamente real. Construir o reconstruir un partido para que sea realmente un actor y un constructor del futuro del país como en sus mejores tiempos.
Guevara que es un político previsible en lo que se refiere a sus actos políticos, como Raul Diez Canseco se baña en juventud y habla de los hijos de los fundadores y de la posta generacional; hace igualmente lo mismo. Y no solo trajo "sus propios hijos de fundadores" sino que les entrego ya la conducción del partido, hablando de "trabajo y de acción" en un partido que no forma, que no tiene una estrategia de posicionamiento nacional, que no tiene trabajo político articulado en función de una propuesta, ni tiene tampoco un horizonte político definido. Porque todo gira en función de intereses personales o de grupo, explotando la figura de Belaunde y el pasado político del partido.
La demagogia política, el oportunismo, la manipulación y el efectismo están detrás de esta propuesta que pretende refrescar con aires juveniles el partido. En política como en el fútbol, los partidos se ganan con gente capaz, articulada, preparada, con idoneidad para enfrentar el poder y todo lo que éste representa. No por el hecho de ser mujer ni por ser joven se puede dar una responsabilidad pública o partidaria. Ese derecho se tiene que ganar en la cancha y lo real es que en ACCIÓN POPULAR, no hay gente joven que marque la diferencia y la muestra es la Secretaria Nacional de Juventudes, que entro por la ventana al cargo, sin el tiempo estatutario para ejercerlo y que no tiene, ni ha demostrado el brillo y la capacidad para estar donde esta, por más que sus amigos le hagan porra en los foros.
Que se pretenda que los hijos de ilustres militantes de ACCIÓN POPULAR, por tener la sangre y los genes de su progenitores, hereden su talento, su conocimiento y su capacidad política es un absurdo. Tan absurdo como la desubicada geisha, que ante la presencia de los hijos menores de Sandro Mariategui en Paseo Colón, ya pedía que fueran ungidos como candidatos a la Alcaldía de Lima.
Si a la crisis partidaria que se vive, se le suma una aristocracia, un jus sanguni partidario, en el que el talento y la capacidad no cuentan. Eso va a darle la calidad de sepulturero, a las argollas, al servilismo, a la mediocridad, al liderazgo de club social que tenemos; y a la ignorancia de esas masas, que los 1° de Junio aplauden mecánicamente un partido que ha perdido la esencia, la decencia, la ética y al alma popular.
La demagogia política, el oportunismo, la manipulación y el efectismo están detrás de esta propuesta que pretende refrescar con aires juveniles el partido. En política como en el fútbol, los partidos se ganan con gente capaz, articulada, preparada, con idoneidad para enfrentar el poder y todo lo que éste representa. No por el hecho de ser mujer ni por ser joven se puede dar una responsabilidad pública o partidaria. Ese derecho se tiene que ganar en la cancha y lo real es que en ACCIÓN POPULAR, no hay gente joven que marque la diferencia y la muestra es la Secretaria Nacional de Juventudes, que entro por la ventana al cargo, sin el tiempo estatutario para ejercerlo y que no tiene, ni ha demostrado el brillo y la capacidad para estar donde esta, por más que sus amigos le hagan porra en los foros.
Que se pretenda que los hijos de ilustres militantes de ACCIÓN POPULAR, por tener la sangre y los genes de su progenitores, hereden su talento, su conocimiento y su capacidad política es un absurdo. Tan absurdo como la desubicada geisha, que ante la presencia de los hijos menores de Sandro Mariategui en Paseo Colón, ya pedía que fueran ungidos como candidatos a la Alcaldía de Lima.
Si a la crisis partidaria que se vive, se le suma una aristocracia, un jus sanguni partidario, en el que el talento y la capacidad no cuentan. Eso va a darle la calidad de sepulturero, a las argollas, al servilismo, a la mediocridad, al liderazgo de club social que tenemos; y a la ignorancia de esas masas, que los 1° de Junio aplauden mecánicamente un partido que ha perdido la esencia, la decencia, la ética y al alma popular.
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