Acabo de leer a alguno de los "destacados militantes" del "Diez Cansequismo, Vitochismo, Pensamiento Barnechea". Uno de esos señores que siguen al "Príncipe" hasta el urinario porque si le liga a Barnechea el 2021, los cánones de la política dicen que hay que asegurarse desde ahora. Lo que leí fue que "retorna la institucionalidad, el respeto a las normas, la vigencia del estatuto, que vuelve la confianza en AP" y sinceramente no pude dejar de sonreír. Y lo hice porque la confirmación de la resolución que deniega la inscripción de Vasquez -que es un personaje cuya elección refleja la crisis de ACCIÓN POPULAR- no significa nada de lo que estos caballeros dicen.
Y no lo es porque la resolución del JNE tiene una serie de inconsistencias jurídicas, porque puede ser impugnada ante el Poder Judicial si de lo que se trata es de buscar la verdad y la razón jurídica. Porque elección del 02 de Julio es ilegal, arbitraria y nula de pleno derecho, no porque la ONP no la haya supervisado -eso es opcional- sino porque se impulsa una elección sin los requisitos de ley, en medio de una puja por el poder donde en lugar de responder con el cerebro, se responde con el hígado. Porque se responde con inmadurez emocional, "golpe por golpe", "caballazo con caballazo". Y lo jurídicamente correcto es que la no inscripción de Vasquez es un hecho jurídico diferente a su elección. Que, la no inscripción en el ROP no significa que se anule su elección o que esta no tenga valor jurídico. Y el gran error de Guevara y los "Guevaristas" es no haber recurrido al Poder Judicial por tres razones: Por timoratos, por timoratos y por timoratos. Es no haberse sentado a negociar y a buscar una solución si finalmente ambas partes lo que buscan es el poder. Y para ello apelan a figuras retóricas como el "Pensamiento Belaunde" "La reserva moral del Perú" a sensiblerías con un montón de herederos de Belaunde, gentes que "se mueren de amor por él" y dicen seguir su ejemplo. Y la mera verdad es que como pasa en la vida, "tanto amor" termina convirtiendo en odio cainita, una supuesta "Ley de Hermandad" que marca la conducta política de quienes dicen ser "correligionarios".
Si el "Presidente del Partido" -que pomposo y excesivo resulta el cargo para tan pequeño personaje político- llama a elecciones, es de entender que ha impugnado la elección del 02 de Julio, pues no tendría sentido llamar a elecciones y reconocer la elección anterior. Si esto es así, la situación al interior del partido no tiene visos de solución, pues tanto la elección del 02 de Julio como la que se va a llevar a cabo aprobada por el Plenario del 16 de Septiembre; van a ser materia de procesos impugnativos ante el JNE.
Si uno revisa los foros del partido, lo que priman son palabras como "ganar" o "elección", lo que refleja el electoralismo imperante, la búsqueda de poder por el poder. En el discurso político del acciopopulismo del Siglo XXI, nadie habla de servicio al país, de buen gobierno, de trabajar por los más pobres, de propuestas o programas y eso dice mucho de lo que verdaderamente interesa en los predios de Paseo Colón.
Que esta pelea por arrancharse el partido va a seguir, no hay la menor duda. Que las dos partes muestran soberbia y falta de criterio y de visión, es algo que es total y absolutamente cierto. Más allá de declaraciones triunfalistas y cojudamente retoricas, la verdad es que la descomposición institucional es acelerada y es imposible e iluso pensar que se van a ganar elecciones en medio de una crisis terminal. Aquí los únicos ganadores van a ser los que están en lo alto de la pirámide; los que tienen las relaciones, el dinero y la influencia para manejarse en los círculos del poder político y económico como caciques políticos o empresarios "emprendedores".
Los "dueños del partido" saben que en realidad ellos simplemente usufructúan una franquicia y que si la "casa quiebra" ellos van a ser bien recibidos en otras franquicias. El negocio político esta finalmente bien extendido en el Perú.
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