07 de Junio del año 2014. Fecha emblemática para ACCIÓN POPULAR, día de la fundación del partido; cuando el Jefe y Fundador del viejo partido de Paseo Colón, enarbolando una bandera nacional, exigió la inscripción de su candidatura presidencial por el FRENTE NACIONAL DE JUVENTUDES ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) en las elecciones generales de 1956.
Cincuentaiocho años después, los Del Águila, se preparan para inscribir a "Edmundito" Del Aguila Herrera -el junior de la familia- como candidato a la Alcaldía de Lima. En su local, los miembros del equipo de campaña, de la familia que detenta hoy el poder partidario, montan su Belaunde de utilería, dan los últimos retoques al Paniagua que va a decorar su escenografía electoral y le sacan brillo a la frase de "El Perú como Doctrina"; para que el silencio permanente sobre la coyuntura nacional, convierta en imaginarios, los inexistentes o caricaturescos planes y programas, que abundan en los predios de un partido que ha perdido el sentido político de pensar en el Perú; por pensar solo en el poder y el interés personal.
Mientras unos maquillan la biografía del candidato, convierten sus cuarentaitres años en veintinueve, lo hacen "joven" por arte de birlibirloque y lo comparan con ese Fernando Belaunde de la época fundacional. El gran problema es que Edmundito Del Aguila, es un político de diminutivos, un candidato de poca monta. No tiene ni verbo, ni talento político, ni programa y su postulación esta impulsada -antes que por un esfuerzo por construir institucionalidad y partido- por el cargo que ocupa y por el control del aparato del poder, en medio de una democracia interna de fachada. De una democracia manipulada y digitada; donde lo que cuenta es el protagonismo y el figurettismo mediático; que es hoy lo que se prioriza en ACCIÓN POPULAR. Un partido cuya filosofía, de general a paje, es buscar hacerse conocido a expensas del partido.
Y si hay quienes nos pueden criticar por excesivo, por trágico, por injusto. Si se cree que un partido sin voz ni calor popular, sin una maquinaria electoral y con un candidato mudo y desangelado, que no hace campaña; puede ganar una elección. Hay que apelar a la lógica, a la razón y al sentido común. Al hecho de que en Lima, Edmundito Del Aguila, además de promocionarse solo, ni siquiera va a las presentaciones de los candidatos distritales. Porque en provincias fuera de la ley y de manera arbitraria, el monigote de Kessell digitado por Del Águila Morote, esta inscribiendo candidaturas distintas a la que ganaron los comicios internos, porque como no son sus incondicionales, les han negado el usuario y la clave para que se inscriban. Porque el último Plenario Nacional, es la prueba más contundente de que la mentira, el embuste y el engaño se han afincado en las viejas formas de hacer política de los que hoy mandan en ACCIÓN POPULAR.
Si la ley no se respeta, si se tergiversa y se interpreta antojadiza y estúpidamente el estatuto, en favor de intereses personales. Si el presidente del partido apela a despecho de sus actos antidemocráticos (ofendiendo la inteligencia ajena) a su "prestigio personal" para no dar cuenta ni responder por corruptelas puestas al desnudo. Si los líderes partidarios, ensayan una tibia oposición que no cambia nada, por más que sea enérgica y estridente. No hay respeto a los valores democráticos y constitucionales. Y por lo tanto no hay democracia.
En el pasado Plenario Nacional, Mesías Guevara, pedía enérgicamente y levantando la voz, que consten en actas los ilegales acuerdos que promovía el presidente del partido y que éste pase a disciplina. Pero el Presidente del Tribunal de Disciplina, que es hombre de Kessell, hacía en ese Plenario de escribidor de las actas y como en el partido todos los que gobiernan lo hacen con "guantes a la medida", estoy seguro que no va a haber, ni proceso disciplinario ni sanción. Y no va a haber proceso ni sanción, porque en ese mismo plenario, mientras Luis Enrique Gálvez de la Puente -que ha regresado a la actividad política interna, hablando en difícil, irrigado por sangre azul y con títulos nobiliarios, como descendiente de héroe de la Guerra del Pacífico- votaba igualmente en contra de los ilegales acuerdos; los Gálvez Boys, votaban a favor. Extendiendo sus largas orejas, aplaudían desenfrenada y euforicamente, no solo las ilegalidades que justificaba Del Águila Morote, sino el hecho de que, haciendo uso de sus habilidades de ventrílocuo, éste hacía hablar a Kessell sobre la legalidad de lo ilegal y de lo absurdo. Un Kessell que se esforzaba por pintar ante el auditorio, la imagen de pobre hombre, de hombre sin carácter que va a reseñar sin duda su autobiografía política.
Manuel Gonzáles Prada, tenía una frase genial con respecto a estos gestos opositores de la política peruana, en los que algo cambia para que todo siga igual. Decía que son como las dos hojas de una misma tijera que se embisten pero no se causan daño porque quien se corta o sangra es el país. Y frente a este escenario de chafalonería, donde pretenden que Edmundito Del Águila sea Fernando Belaunde y que el carácter visionario de Belaunde, sea el mercantilismo electoral y la falta de conocimiento municipal de Del Águila; creemos que este aniversario de la fundación de ACCIÓN POPULAR, obliga a un cambio total para seguir viviendo institucionalmente.
Se tiene que pasar de la retorica a la acción. Las trincheras de papel no sirven; la retorica efectista no basta; el gesto y la pose no cuentan. La política no es el arte de las simplezas, de la demagogia y de las improvisaciones, ni el genio de la mediocridad por más que sea lo que más abunde. Los acuerdos del último Plenario Nacional son nulos de pleno derecho, son una ofensa a la institucionalidad y deben ser derogados. Hoy 07 de Julio no hay alegría ni convivió en los predios de Paseo Colón. Hoy hay un partido dividido y capturado por la mediocridad, el oportunismo y el mercantilismo de la política. Hemos pasado de "El Peru como doctrina a el Perú como mentira" y eso es inaceptable.
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