domingo, 17 de abril de 2016

N° 327 - BARNECHEA "PRESIDENTE"

CUANDO LO ÚNICO QUE IMPORTA ES EL PODER.....



El Perú es un país con una precaria  institucionalidad. Un país sin ciudadanos, sin partidos y sin cultura cívico-política en sus gentes. Un país sin identidad ni concepto de nación. Y en los predios de Paseo Colón, que es un partido que no solo no tiene historiadores como decía Paniagua, sino que no tiene líderes de solera, cuadros técnico-políticos, institucionalidad, ni visión de país. Porque en medio de su persistente crisis interna, ha pasado de repetir las viejas concepciones de "El Perú como Doctrina" a comprarse el libreto de Barnechea de "El Estado de Bienestar", que los saca del centro que siempre dijeron ser, para pasar a recitar el credo socialdemócrata y colocarse a la izquierda del espectro político peruano.

En ese escenario, se critica que el pueblo peruano haya votado masivamente por Keiko Fujimori, pero no se cuestiona ni se analiza, que el cuarto lugar de la votación en las pasadas elecciones, ha sido por la salida de Guzmán y de Acuña; y que así como la gente vota por la hija del dictador, es entendible, que en un país sin cultura política, se vote por un hombre que por más articulado, bien habladito, culto e inteligente que sea; tiene una propuesta gaseosa, demagogica, populista y electorera, que no tiene ni partido ni cuadros técnicos detrás y que dice que en cinco años, va a convertir el país en un Edén; sin dinero de por medio, sin mayoría parlamentaria y sin reforma del Estado. En ese escenario, la crisis moral y ética; la falta de principios y valores; la ausencia de racionalidad, de cultura política, de educación y de gente pensante; explican tanto el voto de Keiko Fujimori como de Barnechea.

Pero como ACCIÓN POPULAR es un partido al que solo le interesa el poder. Como a su gente le importa un comino la institucionalidad y la construcción de partido, porque todo es parecer y no ser, gesto y pose, hueveo y retórica fina usando las figuras de Belaunde y Paniagua, nada de esto importa. Al entregarles Barnechea, las migajas del calor popular que tenían ausente de su mesa, los oportunistas, las geishas, los mercantilistas y los ingenuos de siempre, lo elevan a los altares del acciopopulismo histórico; ya lo ven Presidente el 2021 y exigen romper la frágil institucionalidad partidaria, para nombrarlo "nuevo líder", "Presidente del partido" y darle asiento entre los dueños de Paseo Colón; no sin antes desembarcar a Mesías Guevara, que una vez más ha mostrado su falta de criterio político y de liderazgo para manejar situaciones adversas.

En un país donde cualquiera puede ser Presidente, una buena perfomance en una coyuntura electoral determinada, tiene que ser tratada en su verdadera dimensión y capitalizar lo obtenido, construyendo institucionalidad, propuestas y programas; generando contrapesos a los liderazgos de un partido de agachados, que termina entregando sus vírgenes -para que las desflore- a un hombre que más allá de una buena votación y posicionamiento político, no ha ganado mucho. A un político al que queda en claro, no le interesa la institucionalidad, ni el partido, ni el "Pensamiento Belaunde" porque ACCIÓN POPULAR solo ha sido solo su plataforma electoral.

En cinco años en política puede pasar cualquier cosa. En un país sin lideres y con liderazgos cuestionados; el fujimorismo ha demostrado que la organización sustituye al partido, que la cohesión y la disciplina forman cuadros. Al organizar un evento para rendir culto a la personalidad, para satisfacer la voluntad y la vanidad personal y para "afiliar" militantes, Barnechea muestra sus principales inquietudes, demuestra que su discurso esta anclado en el pasado siglo -no solo en cuanto a sus propuestas sino a sus estrategias de politica- y  comienza a usar ese lenguaje por debajo de la mesa, tan propio de los políticos para buscar el poder. Alguien por allí preguntaba si se ha ganado algo......yo diría que si. Que se ha pasado de un "mesianismo" de poca cintura política, a un "mesianismo" más articulado, refinado y culto, pero mesianismo al fin, en un momento en el que ya no hay salvadores ni cristos y menos en política. 

El problema es que ambos -Guevara y Barnechea- encarnan los "falsos profetas" que hay en ACCIÓN POPULAR; la grosera utilización de la figura de Fernando Belaunde para intereses personales o de grupo. Un partido que es gesto y pose, imágenes de lo que no es es. El hueveo y demagogia lumpenezca y mediocre. Esta no es finalmente una "monarquía, un régimen aristocrático" donde los padres imponen a los hijos al mejor estilo fujimorista, aunque Del Águila Morote se haya salido con la suya. Esto que hay en Paseo Colón "dicen que es" un partido político, que se aferra al hecho que hizo sus elecciones, con "un militante un voto", para decir que es "democrático".



domingo, 10 de abril de 2016

N° 326 - EL FINAL DE UN SUEÑO

PORQUE PERDIÓ BARNECHEA:




Creo que nadie puede negar la excelente perfomance electoral de Alfredo Barnechea, al darle protagonismo, programa y olor de multitud a un partido en crisis, sin liderazgos significativos y marcado por la mediocridad. Un partido que estaba alejado del calor popular, del olor y del sabor de la multitud. Y digo a priori, "perfomance electoral", porque su candidatura busco solo ganar la elección. Lo cuantitativo y no lo cualitativo de la política, para que parezca que la forma es el fondo. 

Barnechea proyecto una candidatura con visión de Estado; pero se perdió en la demagogia y el electoralismo, que simplemente busca los números que llevan al poder. Barnechea busco ganar una elección, creyendo que con solo su capacidad personal  podía llegar a Palacio de Gobierno, en un país de liderazgos desteñidos; de políticos poco articulados e ignorantones y de ciudadanos sin cultura. Lo anterior ante el espejismo y el efectismo de una lectura supuestamente correcta del espectro político. 

Barnechea pierde por venderse como intelectual y actuar como político; como el mas tradicional de los políticos, con una propuesta que puede sonar bien, que puede parecer muy articulada  y "coherente", pero que era vender a las mayorías nacionales y a un partido sin ideas ni propuestas, el sueño personal de llegar al poder, en medio de ese mesianismo que tanto daño le hace al país. 

Barnechea, en un país descontento de su clase política, critica el modelo y vende la socialdemocrata idea del "Estado de Bienestar". El problema es que el modelo económico, con sus errores y sus defectos ha funcionado. Ha generado crecimiento, bienestar y disminución de la pobreza y que merece cambios indudablemente, pero sin demagogia y con el criterio técnico que la generalidad y la verborrea de Barnechea no tuvo. Si el modelo ha tenido defectos, estos  han sido por la falta de una clase política capaz, por la falta de administración y de gerencia de  Estado; por la falta de una tecnocracia que maneje la cosa pública; por la corrupción y la demagogia o el interés personal o de grupo existentes, que es el que hace que el Estado sea tan ineficiente. Y en ese escenario del gran drama nacional, sin una reforma del Estado, Barnechea pretende, sin mayoría parlamentaria, sin las posibilidades económicas de años atrás, vender sin cuadros técnicos ni un partido detrás, una mayor presencia del Estado, para una supuesta "Nueva República" y un país desarrollado en cinco años. Para un país de igualdad, que es un ideal inalcanzable en la sociedad humana. 

En un partido que se dice de "centro", Barnechea plantea una propuesta acaramelada de belaundismo, que es ideologicamente de izquierda democrática, sin que ninguno de los sumos sacerdotes o "lideres" partidarios -entre los que se encuentra Mesías Guevara-  por cálculo político o incapacidad conceptual, diga algo o refute lo que en su "histórico" discurso político dicen defender. Barnechea con tal de llegar al poder, miente y engaña al ciudadano y allí esta su principal pasivo. Un Barnechea que tiene poco de Belaundismo y mucho de egolatrismo. Un Barnechea que pretende huevear al ciudadano, que lo subestima y que se pierde en sus demonios internos,  enredándose en pedir disculpas; en echarle la culpa a los poderes facticos, a la "guerra sucia" o deslealmente al partido que lo cobijo, es el principal culpable de no pasar a segunda vuelta. Porque el fue el candidato, el partido y la propuesta.

A pesar de que ACCIÓN POPULAR estaba dividido y en crisis y que el papel y la función del líder, es unir y construir institucionalidad, Barnechea le da la espalda a la crisis, ignora la necesaria unidad y deja el manejo de la campaña, en manos de sus mentores y financistas partidarios y de los Del Águila, que solo buscan que "Don Edmundito"  llegue al parlamento, solucione sus problemas económicos y gane su cuarto de hora de notoriedad. 

Sin una maquinaria partidaria por más pequeña que esta sea, todo esfuerzo colectivo fracasa y eso no lo entendió Barnechea porque no es hombre de partido. En ese contexto, es necesario decir que los jóvenes a quienes el discurso de Barnechea encandiló, no bastan. El aporte partidario tiene un contenido y un valor diferente. En esa dirección, no se puede dejar pasar referirse a la personalidad del candidato. Su arrogancia, su soberbia, su incapacidad de conectarse con el pueblo -y el rodearse de las geishas y de los conocidos oportunistas y pateros partidarios, a los que se sumo una lista al Congreso que no fue expresión de lo mejor del capital humano del partido- le paso factura. Todo eso concentra algunas de las razones por las que perdió Barnechea.

Lo que viene después es lo que cuenta. Si no se construye partido, si no se busca la institucionalidad y la  necesaria unidad partidaria. Si no se abre ACCIÓN POPULAR a gente con conocimiento, capacidad y articulación para la política, si se persiste en liderazgos desteñidos; en los parceleros del poder y en los cacicazgos que  quieren mantener el statu quo partidario, nada habrá cambiado. En un partido sin ideas, la necesidad de pesos y contrapesos, la importancia del debate ideológico y programático es imprescindible. Barnechea  no es Belaunde ni su propuesta es belaundista. Ha sido un buen candidato indudablemente. Pero ser heredero de Belaunde y gobernar con responsabilidad y sin improvisación, implica mucho más que ello. 

sábado, 2 de abril de 2016

N° 325 - YO NO VOTO POR ALFREDO BARNECHEA

EL "BELAUNDISMO DEL SIGLO XXI":





Creo que la democracia implica el respeto a las minorías.El derecho a discrepar en función de ideas y conceptos, el derecho a pensar diferente. Creo que la política no es la búsqueda de el poder por el poder. Que la política es un ejercicio y un esfuerzo constante por generar consensos; por satisfacer los grandes intereses nacionales. Creo también que no se puede hacer política sin respeto a las formas, a la ética, a la decencia y a los valores democráticos; en un país donde la política gracias a la mediocridad de su clase política, se ha desprestigiado y envilecido; se ha prostituido y mercantilizado. Porque antes que partidos políticos hay franquicias; ghetos políticos con sus patrones y sus parceleros. 

Para nadie -de los que militamos en ACCIÓN POPULAR- es un secreto que la grave crisis interna, la falta de calor popular, de propuestas y de institucionalidad del partido; encontró en Alfredo Barnechea García, el mascaron de proa que le devolviera el protagonismo perdido a un colectivo sin brújula y en trance de extinción. El gran problema es que la cosmética electoral, solo sirve para el engaño y para el embuste, para engatuzar a la gente; para llegar al poder en un país cansado de su clase política y de las viejas formas de hacer política,alentando los apetitos de poder en la interna partidaria. Pero no sirve ni para hacer un buen gobierno; ni para construir partido.

Y lo anterior porque Barnechea puede ser un hombre articulado, culto, inteligente, que destaca en medio de tanto limitado político en la escena nacional, pero su propuesta es gaseosa, inconsistente; no tiene un soporte institucional técnico -esto es un equipo detrás de él- y porque nace del "protagonismo mesiánico" de psicopatías que se creen predestinadas a satisfacer su vanidad personal, antes que buscar el beneficio de las grandes mayorías nacionales. 

Es interesante en el contexto anterior, analizar como Barnechea gracias a su verbo, a su articulación e inteligencia, explota su imagen de intelectual pero termina  actuando como un político tradicional. Como el más tradicional de los políticos; mintiendo, engañando, actuando con prepotencia con sus subordinados y desnudando una arrogancia y patanería, que forma parte de su personalidad y que indudablemente viene de infancia. El último incidente de Mercedes Araoz pretendió justificarlo como "un distracción"  el problema es que a la Sra. no la saludo ni a la entrada ni a la salida. Que allí lo termina traicionando su yo interior, su subconsciente. Porque en el fondo de su yo interior, ella -aunque eso no sea real- "le quito" la candidatura aprista a la Presidencia de la República, afectando su ego personal.  El no saludarla es entonces un acto inconsciente.

En esa dirección, resulta igualmente, más propio de un político que de un intelectual, que se presente un "equipo técnico" que en la realidad no existe y que esta forzosamente conformado  a última hora, para dar la imagen de que existe. Un "equipo técnico" conformado por algunas viejas glorias del partido, por unos amigos o conocidos del candidato o de "los señores" del partido.......... y por un montón de militantes, que son reconocidos más por su servilismo, su oportunismo e incondicionalidad; que por condiciones técnico-profesionales. A ellos se sumaron para la foto, algunos otros militantes que a pesar de tener alguna trayectoria no fueron convocados nunca, pero para los que es un jamón y un plus la placa fotográfica para el recuerdo. Mentir de esa manera descarada, pretender engañar a la gente, dar la imagen de lo que no se es; dice mucho de quien tiene un discurso que habla de "honestidad" , de ser la continuación ideológica y ética, de un político como Belaunde, que con todos sus defectos y errores, dio un ejemplo de decencia, de honestidad y de coherencia.

Si a lo anterior se suma el hecho que a Barnechea solo le importo la candidatura, la plataforma de la cual lanzarse a la Presidencia de la República y nunca se preocupo por unir a las facciones partidarias en conflicto, ni por la gente que llevaba como candidatos al Congrezoo. Queda claro que su propuesta de un "Estado de Bienestar" es electoralista y personalista. Es un canto de sirenas para llegar al poder, en un país sin mayor cultura política, sin mayor educación y que actúa emocionalmente. En lo sustantivo Barnechea hace una buena lectura de la realidad política del país; plantea un "Estado de Bienestar" por el que supuestamente va a hacer en cinco años lo que se puede hacer en veinte y echa lanzas contra el modelo económico y contra el fujimorismo.

Es necesario indicar que el "Estado de Bienestar" es un concepto que nace de las socialdemocracias europeas y que ha fracasado en el viejo continente. En un país como el Perú, sin institucionalidad y con un alto grado de corrupción, darle un mayor papel al Estado sin una reforma previa, resulta inviable. Por otro lado, resulta absurdo decir que se va a hacer en cinco años lo que se puede hacer en veinte, cuando el próximo parlamento va a ser un congreso fraccionado, cuando la economía va a tener restricciones y cuando no se va a contar con mayoría en el parlamento. Barnechea que jamas ha mostrado cifras, que jamás ha dicho como va a hacer la "nueva república" que ofrece, habla de que va a re negociar los contratos petroleros cuando eso es una posibilidad, pero no una realidad. Y es una posibilidad porque el gas que se vende a México fue a precios internacionales -que hoy están a la baja- y a través de una licitación internacional, resultando difícil que los mexicanos por darle gusto al "Presidente Barnechea" re negocien algo que los beneficia. En esa dirección habla Barnechea de subsidios, de bajar impuestos y de otras ofertas demagogicas, sin decir los mecanismos de materialización de las medidas y en un contexto en el que en economía no se puede arreglar una cosa sin que se desarregle otra. En suma, no se puede hablar de buscar un país "con mayor igualdad", si para llegar al poder miento, engaño, hueveo al elector y subestimo la inteligencia ajena. Si no respeto al ciudadano y al elector, si no lo considero mi igual, porque lo uso, porque lo único que me interesa es su voto para llegar al poder.

Una propuesta como la de Alfredo Barnechea, general y gaseosa, fundada en una mayor participación del Estado; en "un sueño" .......pero personal....y de ser Presidente de la República, no es serio ni puede pasar por el bien del país. Lo único que hace es ilusionar a los incautos y a los poco instruidos; alentar intereses personales y buscar  el poder por el poder. Oportunismos y mesianismos articulados y refinados, los hay de diverso pelaje. Este es uno de ellos. Después del que deslumbrara con Alan García en 1980, el de Barnechea resurge protagonico y capitaliza la falta de memoria colectiva, el desgaste de otros liderazgos mediáticos, la mediocridad de la clase política y la juventud de un electorado nobel y sin memoria histórica. Al final el gobierno de Barnechea sería una re edición de Alan I o un humalismo más culto y articulado, que terminaría alineado al sistema, después de ofrecer un cambio. Y lo anterior porque aunque diga que no, barnechea es un hombre del sistema, un lobbysta. Un hombre que forma parte de la élite que gobierna el país. 

Entre mi lealtad y compromiso critico con el partido y con el país, yo me la juego por mi país. Creo que estamos cansados de oportunismos, de aventurerismos políticos, de mesiánicos personajes que sin partido y sin cuadros creen que van a salvar la patria. Yo seguire siendo Belaundista y acciopopulista hasta el fin de mis días. Pero creo que el legado de Fernando Belaunde no es esto que hoy llaman "Belaundismo del Siglo XXI" . Un "belaundismo" de utilería, de gesto, pose y frase hecha y que no es más el partido de FBT. Y no lo es más, porque éste tiene el sello y la firma de Vitocho, de Diez Canseco  y de los que asociados con Barnechea son dueños del partido y buscan el poder por el poder. Yo no voto por Barnechea. Y creo que es necesario decir porque.