martes, 23 de mayo de 2017

N° 332 - LA HORA PRESENTE

ELECCIONES JA, JA......



Lo que esta pasando en la hora presente en los predios de Paseo Colón es realmente surrealista. La figura  de Fernando Belaunde es jalonada desde extremos opuestos que reivindican su legado, en medio de una pugna que no busca otra cosa que el poder por el poder; la imposición de una facción sobre otra para posicionarse de cara a las elecciones del 2018 y 2021, como una plataforma electoral que represente cuotas de poder, dinero y vigencia política de personas o mejor dicho de individualidades con perfil propio, sobre la imagen mellada de un partido -que vive inexorablemente  la recta final de su existencia- en medio de una crisis de representación de la democracia  y de los partidos; en un país agobiado por la falta de institucionalidad y la corrupción.

ACCIÓN POPULAR tiene una grave crisis de identidad y de liderazgo. Las banderas reformistas de los cincuenta, que no han sido capaces de reinventarse ni actualizarse ideologicamente, en un mundo que ha cambiado; se han trocado por el populismo socialdemócrata de un "Estado de Bienestar" que no es otra cosa, que el fracasado alanismo de 1985 a 1990, que pretende en un país sin institucionalidad, con un alto grado de corrupción y sin cuadros técnicos, un protagonismo, que se sustenta en la demagogia de que "se puede hacer en cinco años lo que se puede hacer en veinte" sin decir como se va a hacer. Algo que en un país ignorante, sin cultura política y sin ciudadanía vende, pero no como para llegar al poder.

Y el gran problema para la identidad de un partido histórico, es que los intereses que prevalecen en la interna, confunden deliberadamente lo que representa un candidato a la Presidencia, con un líder; con un verdadero líder partidario y político y con lo que este representa. Alfredo Barnechea es  colocado en los altares del acciopopulismo, siendo indudablemente un hombre culto, inteligente, con cintura política y capacidad, pero va a pasar por el partido, porque no es un individuo de probada identificación partidaria, porque tiene sus demonios internos y sus pasivos; porque ACCIÓN POPULAR como partido  no le interesa realmente, más allá de ser solo una plataforma electoral para probar suerte en la ruleta electoral. Barnechea es hoy parte de una coyuntura y una realidad, en la que prima el pragmatismo, el mercantilismo, el interés propio, el electoralismo demagógico, la mediocridad, la ignorancia y el servilismo.

Aliado con un sector de los caciques partidarios -que buscan lo mismo que Barnechea- el discurso de los serviles operadores políticos pagados con sueldos del Congreso de la República, ha calado en recién llegados que ignoran o que no conocen, ni su historia ni su pasado. Hablan de renovación juvenil sin presentar propuestas, alentando la división y el fraccionamiento, en función de las más depuradas técnicas de manipulación política. En el otro extremo, no hay capacidad de reinventarse, de reconocer errores, de estar a la altura del cargo de Presidente del partido en medio de la soledad que representa no tener a su alrededor gente capaz, operadores políticos o asesores competentes. Y en medio de esa anarquía, en la que no hay voluntad política de buscar consensos o acuerdos mínimos, no hay tampoco conexión entre el partido y una bancada que se representa a si misma.

En éste escenario, el componente provinciano, le ha dado la espalda a la crisis para ser portapliegos de los congresistas limeños, no solo en los temas internos, sino en ser los operadores ocasionales del fujimorismo, como antes lo fue la misma bancada del nacionalismo, por "repartija", por conveniencia política personal y en temas específicos. Al final en el "gran teatro de la política" la "independencia" termina siendo una ficción o una charada.

En un partido que "hace agua" por diversas partes, donde hay una institucionalidad quebrada, con un Comité Nacional Electoral destituido, que irónicamente emite comunicados y resoluciones, se habla con ingenuidad de candidaturas y de elecciones, porque la política es en Paseo Colon, un juego de palabras y de bravatas, bajo el presupuesto  de que en medio de cada enfrentamiento todo siga igual. Al final mientras las cosas sigan así, los dueños del partido, los caciques partidarios seguirán reinando.......Y los ingenuos y los oportunistas seguirán jugando a la política o medrando. Cést la Vie.


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