jueves, 30 de octubre de 2014

N° 299 - COCOCONCHUUUUUUUUUUUUUUUUDOS


LA FIESTA ELECTORAL DE LOS DEL ÁGUILA:


Después de las Elecciones Municipales y Regionales del 2014, la élite política de ACCIÓN POPULAR; la cúpula que detenta el poder, los líderes del partido; no tienen tiempo para la auto crítica, para analizar la realidad del partido y los resultados electorales. Para el debate alturado de ideas, para el intercambio de visiones y de posiciones sobre el colectivo y el programa. Para la democrática lucha por un poder que interprete y represente en función de las ideas aurorales de Belaunde un país con justicia social.

Todos los "líderes" sin excepción guardan silencio o muestra una simple "preocupación", que en términos reales viene a ser lo mismo. Unos se aprestan a tomar la presidencia que les asegura la tajada electoral del 2016. Y por eso llaman gigantes a los pigmeos políticos que abundan en el partido. Por eso, como en los tiempos del "pisco y la butifarra" , los otros invitan comilonas de "agradecimiento"; esas que compran conciencias y dignidades de mercancía. Es en esos convívios, donde los egos de los líderes se levantan, donde se sienten "seres superiores", porque los oportunistas y los convenidos -tocando la lira- les cantan odas a su "sacrificio electoral" del 1% en la pasada elección; mientras las cortesanas; las geishas y las candys políticas, inventan el "gran partido" que supuestamente somos o buscan en medio de las miserias del poder, la escalera que las conduzca a la candidatura congresal, al carguito que maquille su mediocridad y las haga importantes.

Lo concreto y lo real, es que este es lamentablemente el nivel de la política criolla, estos son los partidos de la hora presente. Más allá del cinismo histrionico, de la retorica efectista y de la demagogia, se trafica o se falsifican valores o principios democráticos en beneficio propio. Se corrompe la poca institucionalidad que existe. Se muestra sin empacho y sin vergüenza la larga cola de la pendejada en la política. No hay capacidad de renuncia, no hay contenidos, No hay voluntad política que genere consensos y que busque reinventar el partido y salir de la crisis, para hacer política con decencia y con sentido social.

Un partido se construye de arriba para abajo. Pero en los predios de Paseo Colón los únicos que hablan de cambio son los de abajo, los indignados, el militante que cree que es posible hacer política honestamente y sin caretas. Los "líderes partidarios", esos que tienen pies de barro, esos que sacan -cuando les conviene- a Belaundes y Paniaguas de utilería; los que repiten de paporreta preceptos ideológicos de hace cincuenta años, que hoy no están vigentes, pero que en auditorios de ignorantes y de complacientes sirven supuestamente por mil años más, guardan silencio. Como  guardan silencio los tibios, los timoratos, los que creen en el cálculo político como ejecutoria y que simplemente esperan ver como sopla el viento o por donde se cargan las tintas para inclinarse. Porque eso es finalmente también hacer política. 

En un partido que ha dejado de ser en la entraña y en la esencia el partido de Fernando Belaunde. En un partido que es una estafa al pueblo, porque no representan a nada ni a nadie. Porque  una élite o una cúpula y sus manchitas, ejercen arbitrariamente y a su antojo y conveniencia el poder; y solo buscan satisfacer sus intereses personales y engañar al pueblo. Se tiene por decoro que mostrar la lucha de los sectores que están en contra de esta mafias políticas. Se tiene que expresar que hay en la interna partidaria, capacidad de indignación y de denuncia, frente a vergonzosos  cantos de sirena; como estos de los Del Águila, donde festejan con globitos su pobre votación, donde los ayayeros aplauden sus perfomances políticas de 1%, porque son supuestamente "dignas de elogio" y de "admiración". Cantos de sirena que son aprestos para buscar mantenerse en el poder.

Más allá de ese su efímero poder; de ser los Sumo Sacerdotes de este belaundismo falso y con ribetes delictivos, hay que demostrarle a la cúpula partidaria, a la élite; a los "líderes" que tenemos. Que la política no es servilismo barato. Que la política no son simples frase de cliche. Que la política no es complacencia con el poder. Que ellos están lejos de esa membrete de "reserva moral del país" con el  que se etiquetan y se llenan la boca todos los días.




viernes, 24 de octubre de 2014

N° 298 - LOS GASTOS DE CAMPAÑA

UN ESPINOSO TEMA QUE MERECE ACLARARSE:
En un país donde uno de los grandes problemas es la corrupción, la política termina no siendo ajena a prácticas que significan un gran drama nacional. Si a ello se suma que no hay en el Perú institucionalidad, que no hay partidos políticos, que somos un país con una marcada tradición autoritaria, que hace que el concepto de ciudadanía -y por ende el de militancia- este relativizado por el uso y abuso del poder, queda claro que hay coyunturas como la de los procesos electorales; en los que  la lógica, el sentido común y la razón; nos llevan a presumir frente a hechos determinados, que ante la falta de institucionalidad y de fiscalización; siempre alguien termina beneficiándose o sacando provecho de su condición de líder, de posiciones dominantes o de ubicaciones en determinadas estructuras de poder.

En los últimos tiempos, los casos de Alejandro Toledo y de la pareja presidencial, denunciados por la prensa; judicializados en un caso -y a la espera del 2016 para conocer las "asesorías que sirvieron para maquillar aportes chavistas y de otros sectores- son ejemplos de como dineros de campaña terminan supuestamente en los bolsillos de los líderes y no sirven para financiar lo que deberían financiar; esto es las campañas de los procesos electorales. 

Y lo anterior es tan real, que el gran problema de los órganos electorales, es que como los políticos hacen las leyes -en temas como estos- los hacen a su medida y a su favor y no dan cuenta de los fondos de campaña o los dan a medias. Y no pasa nada. 

No pasa nada porque la ley hace que no pase nada, porque de lo que se trata es de las cúpulas política enquistadas en los partidos políticos -a los que le da la espalda el ciudadano común y corriente- van a seguir manejando (como en el fútbol) esta folklorica democracia, que por culpa de una mediocre clase dirigente, sigue sin un proyecto de país y una visión de futuro sostenida y sostenible.

En  en el caso de ACCIÓN POPULAR,  en la pasada campaña electoral, a mi me toco personalmente  -en vivo y en directo- conjuntamente con otras personas, conocer dos situaciones, que tenían que ver con financiamiento político electoral para la campaña, a dos (2) posibles candidatos del partido a la Alcaldía de San Miguel. En el primer caso, el mismísimo  Secretario General de Lima Metropolitana y Candidato a la Alcaldía de Lima, le pide al posible candidato, abrir una cuenta mancomunada de CINCUENTA MIL DÓLARES (US. 50,000.00) con uno de los hombres que estuvieron "apoyando", "colaborando" o fueron "cercanos" a la campaña. No digo "asesor" porque varios de los connotados militantes que estuvieron en esos menesteres, han dicho que no lo fueron y aunque todos en el partido los reconocen como tal, se han enojado con el membrete. 

En el otro caso, el hermano de la Secretaria Nacional de Juventudes, le ofrece a otro ciudadano el cargo y la candidatura y le piden la misma suma para financiar la campaña. Ambos personajes desistieron lógicamente de postular y creo que allí se materializa la candidatura a la Alcaldía de San Miguel de la Dra. Greta Minaya, patrocinada por el liderazgo, la identificación partidaria y el talento político de los hermanos Jauregui -Don Luis Jauregui fue su Primer Regidor-  para llenar el vació y cumplir con el objetivo de la dupla Del Águila-Kessell, de  "poner candidatos en todo el país". Si de algo estoy seguro, es que a la Dra. Minaya no se le saco ni un mango  para postular. Ella se considera una persona plenamente conocida a lo largo y ancho del Perú, América y balnearios y su campaña fue "ecológica": Sin papel, ni afiches, ni nada que contamine el medio ambiente. 

El financiamiento económico de campañas no es malo per se, es parte de la practica y de la necesidad del quehacer político. El asunto es que no se trate de "dinero sucio", que no sirva para que oportunistas, narcotraficantes o delincuentes de diverso pelaje, obtengan poder para impunidad o para sus actividades ilícitas. Que el dinero no se esconda o vaya a los bolsillos de determinadas personas para engrosar sus cuentas o su economía. Por eso es necesario dar razón escrupulosa del gasto. 

Independientemente de denuncias sobre cobros en diversas circunscripciones políticas. De candidaturas que terminan siendo incompatibles con la ideología y la ejecutoria política del partido; como las de Miro Ruiz, el ex Congresista "mata perro" de orientación izquierdista, que termina como candidato a la Presidencia Regional de Huancavelica.  Don Alan Kessell, el mesero político de los Del Águila, ofreció tras el destape del JNE, retirar candidatos con sentencias, prontuarios o que estaban ética y moralmente incapacitados para postular y no lo hizo. Tal vez porque las "candidaturas en todo el país", que propagandizaban la idea de un partido de masas, de un partido con presencia política en todo el país, tuvieron  precio, sirvieron para financiar la magra campaña del Candidato a la Alcaldía de Lima  y en esas circunstancias, es difícil desandar lo andado. 

En el contexto anterior, el Diario EL COMERCIO, del pasado 17 de Octubre, informa que el partido ACCIÓN POPULAR, tiene un ingreso reportado en la campaña para las elecciones regionales y Municipales pasadas, del orden  de los DOSCIENTOS SESENTAICINCO MIL SEISCIENTOS TREINTAIOCHO NUEVOS SOLES (S/. 265,638.00). Que los  gastos de Campaña reportados para las Elecciones Regionales y Municipales son del orden de los NOVENTAISIETE MIL TRESCIENTOS DIECINUEVE NUEVOS SOLES (S/. 97,319.00) y que se tiene una valorización  de Gastos en Publicidad; que según la OFICINA NACIONAL DE PROCESOS ELECTORALES (ONPE) es del orden de los DOS MILLONES NOVENTAITRES MIL SEISCIENTOS OCHENATICUATRO NUEVOS SOLES  (S/. 2´093,684.00)  que se explican por la gran cantidad de paneles en todo Lima y que pueden tal vez justificarse, por la presencia en la lista de personajes de última hora con financiamiento propio.  El problema es que según la nota del Diario EL COMERCIO,  no se ha sustentado un solo sol de gasto en publicidad en comprobantes de pago.

Si a eso se suma que tras la campaña, el Secretario General de Lima de ACCIÓN POPULAR y candidato del partido a la alcaldía de Lima  Sr. Edmundo Del Aguila Herrera -cuyo padre es Presidente del Partido- aparece con coche nuevo; como aparecen también miembros del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) que estuvieron "asesorando" o "supervisando" la campaña en todo el Perú y que según diversas fuentes, no tienen trabajo conocido. Por lógica elemental, a la luz del malestar del militante, de diversos hechos que han generado mortificación y frustración en la militancia; un simple ejercicio de lógica y de razón, hace que se tejan conjeturas; que la gente hable. Nadie duda que enseñar a hacer tragos y sanwichs es un negocio educativo rentable. Que la "asesoría política" puede ser un "cachuelo" en épocas electorales. Pero en política, lamentablemente por la corrupción en la que estamos inmersos y la grave crisis moral en la que vivimos, hay conductas, hechos, actitudes e indiferencias que resultan ofensivas y poco criteriosas a tenor de los hechos expuestos.

Si durante la campaña y fuera de ella, se dice que ACCIÓN POPULAR es "La Reserva moral del Perú" . Si el discurso político del candidato a la alcaldía, giro alrededor de que se sigue la ejecutoria política de Fernando Belaunde; de que somos el partido de "La honestidad Comprobada". Quienes somos simples militantes de ACCIÓN POPULAR, quienes creemos que la política tiene que adecentarse, tiene que tener contenido y no ser retorica efectista, frases hechas, gesto y pose. Pensamos que estas cosas merecen explicarse y aclararse, no solo en ACCIÓN POPULAR, sino en todos los demás colectivos donde se han manejado fondos más importantes que los nuestros en campaña.

El partido vive una crisis terminal profunda, el país vive un grave crisis de los partidos políticos. Una crisis que no puede callarse ni esconderse debajo de la alfombra, por la falta de institucionalidad y de liderazgo. Una crisis en la  que lo que esta en juego, es el Perú y por ello hay la obligación de levantar dudas y ser transparentes.  Al final la democracia implica el derecho a solicitar rendición de cuentas y a fiscalizar, frente a los posibles usos y abusos del poder. En esa dirección, el partido, los viejos líderes  o los que desde el escaño parlamentario y el interior del partido, tienen una determinada cuota de poder, no pueden mirar a otro lado. Se tiene que rendir cuentas. 

Si se tiene que nombrar alguna Comisión hay que nombrarla. Si se tiene que aclarar lo que se tenga que aclarar hay que hacerlo. Y aquí hablo de una fiscalización real, de un compromiso de parte de la élite partidaria; no de la participación de los portapliegos, de las geishas, los franeleros o del figuretti incapaz que funge como "Defensor del Afiliado" , que no ejerce su cargo; que se abstiene de votar en decisiones que tiene que ver con la institucionalidad del partido y al que lo único que parece interesarle, es sentarse en la mesa de honor en las actividades partidarias para sentirse importante.  

Si los magros resultados electorales ya son bastante para una crisis. Las sombras de practicas que han generado división, repulsa y confrontación al interior del partido, por hechos que implican una percepción o una obligada calificación -gracias a un simple ejercicio de lógica y razón- no pueden ignorarse. La pirotecnia verbal en éstas cosas no sirve.


viernes, 17 de octubre de 2014

N° 297 - ALAN KESSELL

NO HAY MUCHO MÁS QUE DECIR:


La política tiene que ver con propuestas, con ideas, con conductas políticas. La política tiene que ver con el arte de gobernar, de dirigir, de conducir a las masas. La política implica verdadera  vocación de servicio, sueños,  pasiones y romanticismo. El quijotesco reto de enfrentar molinos de viento por ideales y principios. Algo difícil en estos tiempos, donde la demagogia clientelista, la mediocridad y el oportunismo, se refugian en intereses personales, en la vanidad personal y en el desprecio por el  ignorante, por el necesitado, por el timorato, por el débil o el ingenuo, al que simplemente se utiliza o se avasalla. 

El gran problema de la política es el poder. Por el poder se puede trabajar por cambiar el mundo o por cambiar uno mismo o mejor dicho, por utilizarlo en beneficio propio. Es por ello que la institucionalidad es prioritaria; porque en política no hay santos, no hay -a diferencia de los héroes- en los personajes que se dedican a ella, capacidad de unidad real y permanente. Por eso, los políticos terminan siendo a pesar de sus aportes, referentes fraccionados de país, que representan grupos sociales, sectores de la sociedad; partidos. Es eso lo que son Belaunde, Haya o Mariategui, por más que sus seguidores los quieran elevar a los altares de la patria y presentarlos como iconos de unión entre los peruanos. Por más que en la pasada campaña electoral, Edmundito Del Águila  -que salio del anonimato, gracias a que por el dinero de Raul Diez Canseco (a quien después traicionan) llegan al  poder- haya querido que la honestidad, el talento y el talante de Belaunde, se adhiera por obra y gracia del espíritu santo a su persona. Por más que sus interesados poetas, lo identifiquen con "el joven Belaunde" y canten loas a esa grosera semejanza, que ofende a un personaje -que más allá de su errores-  fue un político inteligente, de democrática y honesta solera. 

Y decimos esto porque en política hay que tener muy claro que lo que se cuestiona son las conductas políticas, los intereses personales, la vanidad personal, la pendejada que implica el quehacer político que se trafica como búsqueda del beneficio de grandes mayorías nacionales, que terminan siendo simplemente votos, escalones para llegar al poder.

Y lo volvemos a decir porque con los Del Águila llego al poder, Don Alan Kessell; que dicen en Paseo Colón que es un hombre decente (algo de lo que no dudamos) y que era el mejor amigo de la mano que les proveyó de los recursos para llegar al poder -con lo que la traición es doble: Vileza y traición- y que es el sicario político para matar un partido que ya languidece en la escena política nacional, aunque haya ignorantes sabelotodos, que hablan de unidad, de trabajo, de construir partido y de juventud. Como si la generalidad y la frase hecha tuviera contenido y sabiduría. Como si la juventud sin talento, conocimiento y capacidad bastaran para no quedarse en voluntarismo.

Lo concreto y lo real, es que un anciano enfermo, sin personalidad ni talento político, al que eligieron por "empresario"  -y no por enterrador- y porque decían los incautos, que el dinero de Raul Diez Canseco iba a "levantar" el partido; termina siendo un personaje nefasto - como lo son los Del Águila- para lo poco que queda del partido. Lo que percibe el militante (a  su falta de coraje democrático para enfrentar la ilegal postulación de Lescano en una pasada elección) es  su mediocridad como político, su servilismo con los Del Águila, su autoritarismo de caricatura, su pésima gestión dirigencial. Con un personaje así, solo queda mirar a las cúpulas partidarias, a quienes tienen espectativas o a quienes beneficia o puede beneficiar esta forma de hacer política y partido; para preguntarles si no les da vergüenza mantener a Kessell en el poder. Si no se ven reflejados en tan insignificante y cantinflezco dirigente, que es "dirigido" por Del Águila Morote y que  finalmente representa lo que ellos dicen representar. 

Hacer de la política un teatro de ilusiones, implica buenos actores. Y hace rato, que ni los Del Águila ni Kessell, con sus geishas, sus poetas y sus mentores, interpretan bien su papel. Como no lo hacen tampoco, quienes ostentan el verdadero poder. No hay mucho más que decir.





martes, 14 de octubre de 2014

N° - 296 "LA CALIDAD DEL VOTO, EL RESPALDO POPULAR Y LA PROMOCIÓN DE CUADROS"

EN LAS ELECCIONES MUNICIPALES Y REGIONALES DEL 05 DE OCTUBRE:



Van a ser diez días desde que se llevaron a cabo las elecciones Municipales y Regionales del 05 de Octubre y en Paseo Colón,  a pesar de que los resultados han sido abiertamente negativos y desfavorables; nada ha cambiado en ACCIÓN POPULAR. 

No solo no hay un análisis serio de los comicios. No hay una actitud crítica o auto crítica al desempeño electoral del partido. No hay de parte de una militancia que se dice ideologizada y políticamente comprometida y dura; la fiscalización, la confrontación y el legítimo y democrático reclamo a quienes conducen los destinos, del cada vez más efímero legado político del ex Presidente Fernando Belaunde y que están obligados a dar cuenta de su gestión y a responder por sus actos políticos. 

Lo más triste de todo, es que no hay de parte de la cúpula que controla el poder -ni de la élite que esta fuera de la dirigencia- la menor intención de cambiar el rumbo y la dinámica del hacer política. De impulsar una reorganización profunda del aparato partidario, que abarque aspectos ideológico-políticos e institucionales, que renueven y refresquen una propuesta que hoy es gaseosa, demagógica, fragmentada e inconsistente. Que acabe de una vez por todas con el partido electorero, mercantilista y anclado en el pasado, que solo responde a apetitos personales y que es políticamente una estafa y un engaño al pueblo. 

Lo único que existe, es el subconsciente colectivo de candidatos que terminada la elección, creen que continúan en campaña y que sienten que su simple postulación es hacer partido. Lo único que existe, son los aprestos de los principales actores políticos para tomar la Presidencia; el secreto cubileteo de quienes se juntan por el poder de la interna partidaria. La búsqueda de la llave para asegurarse en la próxima alianza electoral, la candidatura o la re elección del 2016, en un partido hecho y deshecho, para satisfacer las pretensiones políticas de no más de cinco personas y de sus allegados. Una llave que esta en el cargo y en la mochila del Presidente del partido.

En medio de una derrota que era  previsible. Porque un partido carente de respaldo popular, sin líderes atractivos electoralmente para las grandes mayorías; un partido sin cuadros. Un partido que no forma; que no tiene visión para reinventarse como colectivo; que no tiene una propuesta de país. Un partido sin opinión pública, ni reflejos políticos para pronunciarse sobre la coyuntura o la realidad nacional. No puede por historia, lógica y sentido común, ganar una elección. 

Una elección que finalmente, en los predios de Paseo Colón, se dejo librada a protagonismos personales que pueden funcionar, en esos pueblos pequeños donde se han conseguido victorias, que se presentan como "grandes triunfos", en un contexto donde se abrió el partido a cualquier candidatura; no solo por el beneficio económico de quienes siempre lucran en estos escenarios, sino porque el pretexto de la presencia electoral "en todo el país", es siempre el argumento perfecto para maquillar la derrota y para levantar el ego de la mediocridad con poder.

En un partido con una arquitectura de hace cincuenta años, que solo sirve para satisfacer intereses determinados, los Del Águila y su portapliegos en la Secretaría General Nacional, son simplemente transitorios usufructuarios del poder; que tranquilamente pueden ser reemplazados por los que, en la misma orfandad política y programática de los Del Águila, buscan simplemente lo mismo: el poder. Un poder que usa el membrete, la franquicia, el nombre y el legado de Belaunde para -llenándose  la boca con un discurso demagogico y efectista, alrededor de lo que Belaunde y su partido representan- satisfacer intereses personales o de grupo, repartir carguitos y hacerse de la vista gorda a las pillerías propias de la política. 

Que los ignorantes, los ingenuos o los oportunistas sigan  afirmando o haciendo creer, que esto es todavía un partido político; que representa la obra, las ideas y el legado político de Belaunde, así como los grandes intereses nacionales. Es identificar como iguales, a la miopía política con el estólido cinismo, de quienes  ofendiendo la inteligencia ajena, convierten esta derrota en victoria, hablan de "análisis cualitativos y no cuantitativos" de los resultados. De que la votación obtenida, refleja "respaldo popular" o  "promoción de cuadros" cuando políticamente y electoralmente no somos nada y cuando en muchos casos, candidaturas a Alcalde o Regidurías, han estado ocupadas no por gente capaz, profesional o idónea; sino por personajes ligados a la actual administración, sin mayor mérito que el de ser militante y que han encontrado con una irresponsable facilidad, un instrumento para salir del anonimato, para obtener figuración, para satisfacer su ego personal o para que el ciudadano independiente calibre la crisis de los partidos, al ver en cargos de representación popular tanta mediocridad. 

Si a todas nuestras limitaciones y excrecencias, se suma un partido fraccionado, dividido, sin imaginación y sin liderazgo. Un partido que se debate en una crisis que no solo es institucional y política, sino que es ética y moral, porque como nunca antes se mercantilizo el proceso y se dio paso al rompimiento de la precaria institucionalidad existente; para que   -por un puñado de billetes- gente políticamente impresentable o ideologicamente distante, nos represente; queda claro que esta es una crisis terminal. 

En ese tinglado donde la caricatura resulta formal y de solera, no queda otra cosa -para quienes la política es honestidad, es veracidad, decencia y grandes intereses nacionales- que luchar para desenmascarar esta gran farsa que no representa ni a Belaunde ni a su legado. Para desnudar la miseria política de éste sainete, que montan los fariseos y los Sumos Sacerdotes de este acciopopulismo de mentira, que gritando frases de cliche, como la de "Honestidad Comprobada" o de que somos la "Reserva Moral del Perú" dicen  que "Belaunde Vive" .......y algo más:  Con el actoral cinismo de quienes dicen representar al pueblo, insisten en llamar a este grotesco gheto político "ACCIÓN POPULAR". Y eso no es verdad.