miércoles, 19 de noviembre de 2014

N° 301 - EL HAMBRE VS LA NECESIDAD

LOS CANDIDATOS DE LA ELECCIÓN:



En concordancia con la tarea magisterial que implica el liderazgo; el Estatuto de ACCIÓN POPULAR, establece que el Presidente del partido es el que diseña la línea política general del partido;  el encargado de concertar posiciones e ideas y el que orienta la acción partidaria. Pero si echamos una mirada a las gestiones anteriores, comenzando por el propio Valentín Paniagua, no ha habido una sola administración de  las que ejercieron la presidencia, que busque la conciliación de los liderazgos partidarios y de la raleada militancia. No ha habido una sola presidencia, que confronte ideas y propuestas; que se dedique a reorganizar el partido y a formar cuadros. Que encare la tarea de nacer de nuevo, de fijar en función de los presupuestos ideológicos y programáticos, la línea política del colectivo en la escena nacional, que nos convierta en protagonistas y no en teloneros o en parasitarios de la política.


En la próxima elección, son dos candidaturas; la de los Congresistas García Belaunde y la de Mesías Guevara, las que tienen mayor opción. Y lo anterior, porque el tercero en discordia, el Dr. Elías Mendoza no tiene mayores posibilidades, no solamente en razón de la edad, sino porque su presencia política y su liderazgo, no tiene peso, ni articulación, ni operadores que lo conecten con la militancia, le signifiquen votos y le den los laureles del triunfo. 

Nosotros hemos sido claros en señalar que no hay candidatos con la solera, el liderazgo y la visión de estadista necesarios para el ejercicio del cargo. Que la presidencia debería quedar supeditada para aquel militante que ejerza o haya ejercido la Presidencia de la República y no para un puñado de ambiciones, que ven en el puesto, un título para su hoja vida, una membresía para el orgullo de los familiares o un cheque en blanco para seguir lucrando en éste rentable negocio de la política, en el que se ha convertido la militancia en ACCIÓN POPULAR, al negociar como cabeza la próxima alianza electoral que nos permita seguir sobreviviendo. 

A pesar de haber quedado demostrado que los congresistas no tiene el tiempo ni la disposición para dedicarse a la ardua tarea partidaria, los candidatos favoritos, son congresistas y no han tenido ni siquiera el pudor, de presentar o de hacer pública una propuesta programática sobre el futuro que pretenden construir. Tal vez éste sea un acto de honestidad política, porque no tiene la menor intención de modificar el statu quo partidario. Porque en un partido donde el pensamiento y el conocimiento no interesan, donde la mediocridad y el oportunismo abundan; lo que más se necesita son los chifitas de reglamento, las comilonas; la prebenda, el ofrecimiento del cargo partidario, la demagogia y el sacrificado trabajo de las prestigiosas geishas institucionales, que comprometen el voto.

En el contexto anterior, resulta sintomático que en las Vice Presidencias en pugna, estén dos viejos líderes, que en la política nacional no representan nada y que para la política internan expresan la gerontocracia decadente del partido ante la poca ambición y carácter de los cincuentones que deberían hoy tener las riendas del colectivo. La Sra. Bertha Arroyo de Alva, que como Defensora del Afiliado fue una figura decorativa y que pidió que no le enviaran a su despacho correos electrónicos sino cartas  -un hecho que la pinta de cuerpo entero- antes que reemplazar a Guevara en la conducción del partido va a ser su operadora política, la que simplemente cumpla con los mandados. En el caso de Diaz Orihuela, el figurettismo de Vitocho, no admite competencias -menos aun en épocas electorales- y lo más probable, es que esta dupla presente fisuras en el breve plazo de asumir el cargo, porque Diaz Orihuela, sabe que una cosa es con guitarra y otra con cajón. Que una cosa es hacerle la patería a Alva Orlandini y otra cosa es ser Vice Presidente del partido. Y Vitocho como Presidente, lo único que va a permitir como propuesta política, es el que el partido es él.

Lo más dramático de la elección es que ninguno de los dos candidatos tiene una propuesta de partido, una visión articulada de país. Mientras el Ing. Guevara, se corta las venas por Belaunde y por Paniagua y repite con un discurso -lleno de lugares comunes- los mismos postulados de hace cincuenta años. Por oposición, Vitocho es el político pragmático, que ante la mediocridad de sus pares, administra su prestigio, sabiendo pararse con soltura en el caricaturesco escenario de la política criolla; en el que también, lamentablemente ha hecho de payaso y de bufón. Quienes se aglutinan alrededor de ambas candidaturas, lo hacen en función de sus intereses personales o de grupo, pero no en función de ideas.  Ese es el caso de los Del Aguila y de Kessell, que ante un García como Presidente, ausente en las preocupaciones internas, apuntan a seguir controlando el partido. 

El problema de los aguiluchos y del pobre Kessell, es su dilema hamletiano futuro. Obligados por las circunstancias a hacer ingresar a Raúl Diez Canseco después de traicionarlo, es difícil saber en un escenario electoral interno, por cual de sus patrones se van a inclinar finalmente de cara al 2016. Si por un Vitocho Presidente o por un Diez Canseco (que regresa para ser protagonista y no segundón)  que tiene una cancha más grande para mover políticamente sus fichas.

La crisis, la corrupción interna, los negocios y los negociados de la campaña anterior, el presente y el futuro del partido, son temas que han sido ignorados por los dos candidatos. La militancia, las bases no ha merecido su atención. Ellos -los futuros Presidentes- dicen no leer los foros, ni tienen necesidad de utilizar el internet; basta echar mano de los operadores conocidos para comprometer el apoyo; de reunirse con los que votan a la hora de elegir Presidente; de pagar el pasaje de los provincianos; de invitar el chifita de reglamento y del discursode orden  con los lugares comunes de siempre. Como hay que elegir, como uno de los dos va a ser Presidente, como nada va a cambiar, votamos por el hambre o la necesidad. Y hay gente que se entusiasma por un nuevo enterrador del partido. 



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