jueves, 17 de abril de 2014

N° 281 - ¿QUE SOMOS REALMENTE?

LA "IDENTIDAD PARTIDARIA"  Y EL PROYECTO PERSONAL DE LOS DEL ÁGUILA:


Con una elección municipal ad portas y con la decisión "de las bases" a la que ha llevado el incapaz y esclerótico Secretario General Nacional, Alan Kessell -que tiene de líder, las mismas condiciones que su par de Lima Metropolitano- y que son similares a las del opaco Vice Presidente del partido y Presidente en ejercicio, Edmundo Del Aguila -que ejerce el cargo ante los problemas de salud de Don Javier Alva Orlandini- los tres, autores de este salto al vacío que significa la decisión de ir en ésta elección municipal  con "candidato propio".  Candidato que no es otro, que "Edmundito", el hijo de Del Aguila Papá; con lo que por arte y ensarte del nepotismo y de la crisis de liderazgo que se vive en ACCIÓN POPULAR, termina el partido, controlando por un clan familiar, por gente mediocre, incapaz y sin talento político.

Frente a esta candidatura, que políticamente no significa nada y que es una candidatura "propia". Propia de los ayayeros, de las geishas, de los oportunistas. Propia de la crisis institucional del partido y de los intereses que alientan a los Del Águila. Intereses que al parecer no son los mismos que los del personaje que los apoyo para que lleguen donde están y cuyo peón de faena en ésta aventura familiar -donde insistimos la mediocridad con poder se quiere hacer del partido- viene a ser el Secretario General Nacional, Alan Kessell.

Frente a esa politicamente impresentable candidatura, han aparecido voces discrepantes a esa decisión del "Plenario"; con movidas políticas por una posible candidatura de Susana Villaran, en alianza con ACCIÓN POPULAR y en un frente con otros movimientos políticos. Discrepancias -que nacen de dirigentes reconocidos y de entre los  no más de ochocientos militantes  que fluyen de la internet. Que es el espacio  más activo del partido, fuera de Paseo Colón; sin considerar la movilidad política propia de época electoral-  a las que le han salido al frente, voces que expresan que, "hay que respetar la voluntad de las bases" expresadas en el Plenario. Que "hay que mantener nuestra identidad". Que "somos un partido de centro". Que es preferible morir de pie e ir con "candidato propio" a esta elección;  en el entendido que el ir con candidato propio es una reivindicación a la alicaída dignidad partidaria marcada por las alianzas anteriores y una solución final a la crisis institucional que arrastra el partido.

Estas declaraciones hay que sumarlas a otras bastante optimistas de "ilustres asesores" del CEN, que aseguran que "se va a ganar esta elección en Lima y en las mayoría de distritos" a despecho  de que Edmundito Del Aguila, no solo es políticamente limitado, que no figura en las encuestas, sino que ni siquiera ha iniciado campaña -ni presentado propuestas alguna- a pesar de ser un perfecto desconocido en la política criolla. Un optimismo que lo único que refleja, es la reverente fidelidad (que hay que repetir hasta el cansancio) de las geishas, de los ayayeros, de los oportunistas, de los que medran con su cercanía al poder y de los militontos ilusos y bien intencionados, que creen que la realidad se puede cambiar con una "candidatura propia" o solo con la mente. Una triste realidad, que se muestra en una lista de regidores, donde el servilismo y la posibilidad de figuretear, ha subsanado las limitaciones que representan, la incapacidad, la ausencia de conocimientos y experiencia sobre problemática municipal; y la falta de trabajo o de dinero, para aspirar al cargo y para solventar una campaña municipal.

Y como la política es el arte de lo posible. Como la política implica obligatoriamente, un ejercicio intelectual, racional y lógico, que de paso a una acción objetiva; la pregunta que a nuestro criterio se impone es ¿QUE ES ACCION POPULAR?. Si es la voluntad del plenario una lucida y racional decisión que favorece al partido o al figurettismo y oportunismo de los personajes que controlan hoy el partido. Esta es una interrogante que intentamos responder en breves líneas; simplemente para abrir el debate y para que el militante común y corriente, pueda darse cuenta si es la pasión o la razón la que guía sus pasos. 

En principio, se dice que tenemos identidad, que somos un partido de centro y se repiten los mismos presupuestos ideológicos de hace más de cincuenta años. Postulados ideológicos que es necesario indicar, que no han sido objeto de una adecuación -a los nuevos tiempos, a la mentalidad y a los conocimientos modernos- sino que se aggiornan retoricamente, con un efectismo que se queda en las formas  y que no define por ejemplo, que es el nacionalismo hoy; como se puede lograr la justicia social, si esta ya no es vista como un principio ideológico, sino como un concepto. Como la búsqueda de un objetivo, que es dinámico, que se contrapone a la desigualdad social y que en la actualidad, resulta demagógico, afirmar que se va a alcanzar, en un mundo en el que lo que prima son el pragmatismo, los actos políticos, los actos de gobierno y un mundo globalizado donde  las ideologías y los grandes partidos de masas, no cuentan o han desaparecido.

En el contexto anterior, aunque no es del caso tratar el tema, es necesario consignarlo para el desarrollo lógico del texto que presentamos y porque eso de la "originalidad" de la ideología no es real, porque la nuestra es una ideología parecida a un automóvil chino, armado con piezas de diverso origen. 

En tiempos en los que como hemos afirmado líneas arriba, las ideologías no cuentan para mucho, no se quiere aceptar que el valor de Belaunde hoy, no esta en la ideología que creo Miro Quesada para el partido, tomando presupuestos ideológicos diversos, sino en que a partir de determinados parámetros ideológicos,  su genio político sustento su propuesta, su visión de estadista;  ese pragmatismo que se expresa en la obra pública que se percibe en "LA CONQUISTA DEL PERÚ POR LOS PERUANOS", así como a lo largo de la obra desarrollada en sus dos gobiernos. En ese contexto, es necesario expresar que "identidad" en política, es la expresión material -traducida en actos políticos- de una ideología, de lo que es la marca ACCIÓN POPULAR.

El problema es que muerto Belaunde, con los fundadores de edad avanzada, con "lideres"  y "caciques" que priorizan su proyecto personal o de grupo al institucional, como es el caso de los Del Águila hoy en el poder; sin un liderazgo (individual ni corporativo) fuerte, definido y que marque el camino, el partido no solo enfrenta una grave crisis política, ética y moral; sino que por falta de docencia política, no sabe el militante, que es realmente ACCIÓN POPULAR. Porque lo concreto y lo real es que el partido no tiene identidad y se confunde el logotipo, el pasado y los presupuestos ideológicos con la identidad. 

Si el partido tuviera identidad política, se tendría claro por ejemplo, que "la conquista del Perú por los peruanos" es una política pública, una legislación y actos  que desarrollen la selva con políticas de población (nuevas ciudades) industrialización, inversión y progreso. El problema es que eso significaría dejar a varios caciques costeños y serranos (sin nivel de estadista) fuera del juego político, con lo que su curul parlamentaria podría verse en peligro. 

Como de lo que se trata es de mantener parcelas de poder, la realidad del partido es la ideal y entonces se dan dos situaciones. La primera, es que a la agenda personal, se le da una interpretación ideológica, que convierte a determinados personajes partidarios en ideologos, en aplicados discípulos de Belaunde, "volteando" los textos ideológicos, para decir siempre lo mismo. Y la segunda conclusión, es que todo se reduce a una lucha interna por controlar el partido, para satisfacer determinados intereses y no una democrática pugna por institucionalizarlo, por sacarlo de la crisis, por hacer que sea el  actor protagónico de antaño. Por eso es que liderazgos o caciques partidarios callan o hablan a media voz, esperando simplemente su oportunidad para tomar el poder e impulsar un proyecto personal propio con su grupo.

En ese contexto, con un partido anclado en el pasado e hipotecado a un Belaunde que los jóvenes no conocen. Con un partido sin institucionalidad, sin visión de país, sin liderazgos, sin cuadros. Con un partido librado al juego interno de los intereses particulares, con un partido que no se pronuncia sobre la coyuntura nacional; con un partido sin una propuesta programática sólida. Esa afirmación de que se tiene identidad y que se es un partido de centro, es negada por la realidad. Y lo es porque quienes son expresión política del partido y están por encima de éste, son los Congresistas; personajes que no tienen mandato imperativo y que pueden según la coyuntura, ser lo que su conducta política o sus votos expresen; esto es de izquierda, de centro izquierda, de derecha, social cristianos o "nacionalistas" porque votan con GANA PERÚ, independientemente de que su discurso político digan que son "hombres de partido", de que hablen de  Belaunde; de que se rasguen las vestiduras por "el Perú como doctrina"

Si esto es así. Si en el caso de Lima, la mayor parte de candidaturas distritales fueron auspiciadas y financiadas por Kessell y Cía -y por tanto por quien financio a éste y a los Del Águila- queda claro que, hablar de bases, es una ficción y un engaño, porque estas no existen, porque las dirigencias suelen ser digitadas, representar determinados intereses y no a bases inexistentes, ya que de lo que se  trata de elegir  a los mismos de siempre. Militantes que ante la falta de cuadros, rotan en los cargos -muchas veces sin capacidad ni talento político- y a los que sin embargo, se les da grado de oficial y  mando de tropa. Es a estos dirigentes -a la candidatitis a la que se puede acceder por unas cuantas monedas- a  los que Kessell , Edmundito y Papí, engatusaron con el cuento del "cambio" del "renacimiento partidario", gracias al regreso de Raúl Diez Canseco. Dirigentes a quienes les venden la idea del "candidato propio" y a los que hacen votar por una candidatura a la alcaldía de Edmundito Del Aguila, que no responde a resurgimiento partidario alguno, sino a la triste realidad del aprovechamiento político que sufrimos día a día. 

Basta algo de lógica, de sentido común, de experiencia política. Basta ver los tres primeros puestos de la lista de regidores, para darse cuenta de que resulta difícil de creer, que un hombre con la experiencia política de Diez Canseco, avale, apoye y financie una aventura personal y familiar de un tipo sin ángel, sin capacidad política; de un políticamente mediocre hijo de papá, que desde el poder partidario que obtuvo, quiere hacerse conocido aunque el partido se joda, porque más allá de 1% no va a obtener en la elección que se viene. 

Y frente a este escenario, uno se pregunta porque el silencio de los "líderes", de los "caciques" partidarios, de los militantes que tienen nombre y prestigio en Paseo Colón. Si tanto se ama ACCIÓN POPULAR, porque dejar el partido en manos de un setentón que ha ratificado la falta de liderazgo y de coraje democrático que mostró cuando se enfrento a Lescano. Porque, todo pasa por la media voz, por la critica entre catacumbas, por el complot en las sombras o el silencio cómplice. Ser de ACCIÓN POPULAR implica la defensa de los valores democráticos, de lo mejor para el partido y no seguir las decisiones de una institucionalidad de fachada. Ser de ACCIÓN POPULAR obliga a luchar por cambiar esta caricatura de partido, por desnudar los ídolos de barro que están en los altares de Paseo Colon. Ser de ACCIÓN POPULAR, hace necesario un cambio radical que marque un nacer de nuevo, una nueva estructura de acumulación de poder, un programa de partido y una visión de país que nos reconcilie con el pueblo. Solo con institucionalidad, las aventuras familiares o los intereses personales van a ser neutralizados.

Mientras los pocos que quedan en Paseo Colón no  fiscalicen, jaqueen y se distancien  de viejas y nocivas formas de hacer política, por parte de una cúpula y de una clase dirigente, que sabe que en este statu quo, pueden medrar y utilizar -para sí- lo que llaman partido arranchándose el poder. Mientras no se  emplace a los grandes señores de ACCIÓN POPULAR, ni se corten los hilos con los que mueven a sus fantoches o se combata a sus peones o a sus aguiluchos -porque estos no son ni águilas ni halcones- la realidad  y el pueblo nos terminaran escupiendo en la cara. Porque solo agitamos un Belaunde que no existe, un Belaunde que esta muerto. Y no entendemos que la política es realidad, es poder, es presente o es futuro, porque el elector nunca vota por el pasado.


1 comentario:

  1. Ningún comentario desde el 17 de abril del 2014, es posible interpretar el silencio? acaso está interpretando la acción popular? incluso ¿Acaso el articulo es capáz de interpretar la obra de Belaunde? Cuál es el mérito de Belaunde? Perdonen mi ignorancia... pero no leo más que llanto por la leche derramada... hoy como ayer si no lee e interpreta la realidad visitando los diferentes lugares del país antes abandonados y hoy con un incipiente desarrollo iniciado a mediados de siglo pasado...por la torpeza de la incursión de los diferentes gobiernos que más que entorpecen... bloquean la acción popular atosigando con leyes y reglamentaciones mediocres... arregladas para robar al pais... y mantener ese statu quo... compruebelo con esas encuestas compradas... que bloquean el natural desarrollo de la acción popular... que clama no miseria de proyectos de infraestructuras sino simplemente OPORTUNIDADES... compruebelo porque sigue el recuerdo de Belaunde y su obra... cosas que quedaron en el siglo pasado... no habrá otro Belaunde... pero la acción popular sigue ahí... latente con la esperanza de un nuevo intérprete de sus necesidades... no los payasos que con dinero aprovechando su ignorancia politica usando los medios más engañosos comprados con el sudor del mismo engañado... acaso esos polítiqueros no se han hecho más ricos, acaso no vemos esos signos de riqueza... el pueblo...la acción popular será ignorante pero no idiota... y no tropieza con la misma piedra...

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